Opinión

Efemérides engañosas

L A SEMANA pasada hubo dos efemérides de acontecimientos que a algunos les condicionaron la vida, a otros se la arruinaron, a otros se la solucionaron y a otros les dieron motivos para pasar el rato. Se cumplieron 60 años de la grabación de la canción '‘Blue suede shoes’' por Carl Perkins y 125 del primer partido de baloncesto. El baloncesto y el rock and roll se contraponen solo desde un punto de vista superficial, aunque Loquillo tuviese que dejar el Cotonificio porque allí no había manera de cantar ‘'El ritmo del garaje'’. Andados los años dejó de jugar al baloncesto porque se le atragantaba el modus vivendi de estrella del rock y de cantar esa canción porque le entraban ganas de defender en zona a las fans y no en individual, como se hace en el rock. Sin embargo el baloncesto y el rock son indisolubles. Conocí a un expívot del Estudiantes que tenía un pub en Madrid que decía que los mejores conciertos a los que había asistido los había dado David Russell, un escolta que se parecía a Michael Jordan. Los dos son parientes pobres: del fútbol y de la música clásica. Sus fans salimos al escenario con el partido perdido. Y si uno de los nuestros gana, solo puede ser un vendido.

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