ES UNA suerte que vayan a construir un nuevo Santiago Bernabéu porque será un excelente escaparate del siglo XXI con múltiples utilidades. Por ejemplo, en internet podrán seguir haciendo eso de cómo era no sé quién hace no sé cuántos años. Debo confesar que al principio lo miraba de forma compulsiva, pero acabé por no encontrarle ningún sentido al margen de ser algo bastante ventajista. A menos que esté hecho por bolcheviques que se empeñen en mostrarnos en nuestros ordenadores que los famosos también envejecen. Pero lo dudo. Más bien me parece una cobardía. ¿Por qué no se ponen ellos? Me refiero tanto a los que lo hacen como, sobre todo, a quienes les mandan hacerlo. Ya que tiene tanta gracia, también estaría bien verles a ellos engordar, quedarse calvos o apilar celulitis para que así no nos riésemos solo de Mel Gibson, Paquirrín o Buenafuente. Pues eso, que en unos años pondrán: «Así era el Real Madrid de 2000». Y saldrá Florentino Pérez aún sin enviudar, fotografiado junto a Casillas, Roberto Carlos, Figo y Ronaldo (el de verdad) y un Bernabéu descubierto donde llovía. Si se acaban los campos embarrados, la verdad, no sé qué pinta el Athletic de Bilbao en Primera.
