"SEGÚN UN estudio", que pondrían en mogollón de páginas de web, Whatsapp se cae unas dos horas cada dos años. Ese estudio lo hice yo el martes en la cafetería del Hula durante algunos de los minutos en que la parte del personal y la del resto de la humanidad nos comportamos igual. De vuelta en la realidad me enteré de que mientras tanto habían estado operando a Florentino Pérez de un tumor, al parecer benigno, en un pulmón.
Con esa información añadida la caída de Whatsapp se explica mucho mejor: el mundo entero se paralizó para ver si Florentino salía de esta o dábamos por enterrada la Superliga y el desembarco de Mbappé en Pozuelo para que pueda votar por Díaz Ayuso. Es hasta normal que en Whatsapp decidiesen parar máquinas para seguir en directo los pormenores de la operación y reiniciar el mundo ya con Florentino fuera de peligro para que sus dos mil millones de usuarios pudiéramos darle al pico a gusto. Él se lo agradecerá, a lo mejor construyéndoles con ACS un edificio inteligente y, desde luego, eficiente.
Estará de buen humor porque al fin entendió a Woody Allen cuando contó que sus palabras favoritas eran "Es benigno" y no "Hala Madrid y nada más". Y todo en solo dos horas.
