Opinión

Detrás del telón

CAYÓ EN el olvido, pero uno de los problemas que tuvo que vencer la expansión del automóvil fue filosófico. Voces autorizadas venían a decir, más o menos: "¿Adónde vamos con tanta prisa?". Muchos de ellos podían permitirse ir en tren en primera clase, así que el trasfondo de la cuestión era que les molestaba que la chusma pudiera moverse por ahí libremente. Pensé en ello esta semana cuando escuché los lamentos por el cierre de la última fábrica de tabaco en España. No lo decían así, pero el tema era que a ver qué pasa que ya no fumamos lo suficiente y se me ocurrió que, después de todo, tal vez Zapatero hubiese hecho una cosa bien. El no va más nos lo sirven estos días con total desfachatez. Mientras usted y yo bailamos la lambada al llenar el depósito del coche, nuestros gurús nos avisan de que la caída de los combustibles desencadenará una catástrofe mundial. ¿Y eso? Solo conozco una persona a la que esto le puede fastidiar, pero porque trabaja en Repsol. El resto esperamos una explicación convincente de que es mucho mejor pagar el gasóleo a 1,28 el litro. Yo sé lo que pasará al final: no tendremos la explicación pero sí el gasóleo a 1,28.

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