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La gran distancia

HACE UNOS días pasó por Ribadeo el presidente de Portos de Galicia y lo que parecía un trámite derivó en una conversación amena en la que se dejaron caer ideas interesantes acerca del puerto de Mirasol, su futuro y sus posibilidades. Pese a los endémicos problemas de calado de este muelle mercantil, a la chita callando resulta que es el que más mercancía mueve de todos los que dependen de esa entidad (Portos de Galicia). Eso explica el interés que esta administración siempre tuvo en que las cosas aquí funcionasen.

Por otro lado, a la visita asistió la concejala de desenvolvemento local y turismo, Ana Martínez, que desde siempre se tomó muy en serio la primera parte de esas concejalías. Y es que la economía de un municipio como el ribadense está tan coja y tan escorada, ya que hablamos de cosas del mar, hacia el sector servicios, que realmente empieza a ser una cuestión preocupante de la que ocuparse.

Ribadeo es un lugar trufado de bares y tiendas. Es casi seguro que se trata de un lugar tremendamente atractivo para el visitante, que encuentra en una zona relativamente pequeña más o menos de casi todo lo que quiera comprar y además puede comer y beber razonablemente bien sea el estilo que sea al que se quiera agarrar.

Pero ya el alcalde de Ribadeo suele apuntar que esto trae un problema del que se habla poco pero que es importante, y es que en esos sectores los sueldos suelen ser comparativamente más bajos que en otros. De ahí el empeño del gobierno municipal en favorecer de algún modo, aún no saben exactamente cuál, el desarrollo industrial, casi del tipo que sea, de Ribadeo.

Lógicamente esto no es algo que se pueda decidir así con alegría en un Ayuntamiento. Ni en Ribadeo ni en ninguna otra parte. Pero se pueden crear condiciones para que suceda, eso seguro.

Por ejemplo, en la famosa visita expuso Ana Martínez una idea que vienen rumiando hace tiempo como es la vinculación del puerto con el polígono industrial. No están descubriendo la pólvora. Precisamente para eso se hizo la circunvalación, que cae a tiro de piedra del muelle.

En su momento se habló de la creación en Vilar de un puerto seco. Es una forma elegante de decir un gran almacén. La idea la despachó sin ninguna atención el Partido Popular en aquel momento, que consideró que bastante había tenido con salir del enredo en que él mismo se había metido con el cambio de ubicación del polígono industrial. Pero no era ninguna tontería.

La idea era vincular ese espacio a la autovía, que en aquel entonces estaba por venir y ahora le pasa justo al lado, y la vía del tren de Feve, también vecina. Esto serviría para poner a su disposición dos medios de transporte esenciales.

A título de anécdota, recordar una propuesta que lanzó en su momento a modo de moción Eduardo Gutiérrez y que levantó alguna sonrisa de superioridad que bien se podrían haber ahorrado. Propuso que se aprovechase también el aeródromo de Vilaframil.

Cuando se trató la moción en aquella sesión no se le hizo ningún caso y se despachó como la propuesta de un loco. Nunca entendí por qué.

Era la renuncia a una posibilidad solo por su consideración de extravagante o poco común. Esa visión tan corta es la que nos mata muy a menudo. Precisamente todo lo que sea ofrecer lo que otros no tienen es lo que hace a los pueblos y ciudades despegar. Que por algo están imposibles los solares en Sillicon Valley. No es precisamente por sus vistas al mar.

Pero para entonces ya estaba empezando a ser de moda la sensación de que todo lo que no fuese hormigón a mogollón no servía de nada. Así nos fue en muchos aspectos. La cuestión es que conseguir llenar ese hueco tan necesario en Ribadeo de negocios de futuro con posibilidades importantes de concretar un incremento de la capacidad económica de la población es algo que no está resultando sencillo.

Sepes no ayuda. La elección del lugar para el parque empresarial hizo que se pagasen por los solares precios que ahora hacen que sea muchísimo más barato marcharse a Barres o a Barreiros. Casi a cualquier otra parte. Y están empeñados en que así están las cosas. Aunque hay negociaciones para tratar de concretar una rebaja de los precios, es algo que no saldrá de hoy para mañana porque en realidad Sepes está en Madrid y Ribadeo queda muy lejos de Madrid. Dicen que Sepes trabaja bien. Puede ser, pero trabaja antes para los que le quedan más cerca. Y mientras tanto, todos pagamos esa gran distancia.

EL GUSTO Los debuts en cultura siempre son bienvenidos

MONDOÑEDO ACOGERÁ por primera vez una feria del libro y además lo hará durante plena época estival, en el mes de julio. Toda una suerte para todos en una época en la que leer libros en papel está convirtiéndose en una rareza pero que, curiosamente, no parece tener tan mal futuro porque los jóvenes leen y leen bastante, o al menos eso es lo que dicen las estadísticas. En este caso el enclave mindoniense ayudará mucho a que la feria luzca en todo el esplendor que se le pueda dar dado que el casco histórico de la ciudad episcopal mariñana es, realmente, un casco histórico de libro.

EL DISGUSTO La enervante desgana de Fomento con la comarca

UNO YA se queda sin calificativos para lo de la carretera de la Costa y la vergonzosa pasividad del Ministerio de Fomento al respecto, ya da exactamente igual quién esté al frente. Hay que decir que igual de vergonzoso el silencio cómplice de muchos de nuestros representantes en Madrid, que se limitan a seguir las directrices que les envían desde arriba dejando que este medio de comunicación absolutamente básico lleve décadas en un estado absolutamente lamentable sin que nadie mueva un dedo para solucionarlo. Y lo peor es que todos somos cómplices con un silencio que chirría en esta situación.

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