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Historia de una caída

El PSOE de Ribadeo trata de levantarse de la lona tras una sacudida que dura quince años

Pepe Blanco, en un acto del PSOE en Ribadeo. JOSÉ Mª ÁLVEZ
photo_camera Pepe Blanco, en un acto del PSOE en Ribadeo. JOSÉ Mª ÁLVEZ

LO QUE LE pasó a la agrupación socialista de Ribadeo desde el año 2003 en que consiguieron colocar como alcalde a Balbino Pérez Vacas hasta hoy es digno de estudiar. Es complicado contarlo sin estar dentro, pero en tres mandatos pasaron de gobernar Ribadeo a tener que andar con moratorias para no desaparecer y pasar a integrarse en la estructura socialista a nivel provincial. Hay que insistir en que estamos hablando del Partido Socialista, no de alguno de estos de nueva creación. No es por faltarles al respeto, pero su capacidad para amortiguar golpes no es, ni mucho menos, la misma que la de un partido con más de cien años de historia que, además, en el caso del concello ribadense está (o estuvo) muy arraigado.

Aquel mandato de Balbino Pérez Vacas acabó de forma calamitosa, con su concejal Santiago Fernández-Reynante fuera del PSOE, enfrentado con él en los juzgados y votando con el PP. Paralelamente, se generó una sensación de desgobierno tan acuciada que fue un excelente caldo de cultivo para el BNG de Fernando Suárez Barcia, que le pegó una dentellada a la alcaldía y ya no la soltó hasta el día de hoy.

Cuando el PSOE se quedó con un concejal menos que el Bloque y estos decidieron gobernar en solitario, los socialistas iniciaron una autodestrucción a conciencia. Cuando Balbino Pérez Vacas tenía enfocada una nueva directiva más o menos asentada, Víctor López lanzó un órdago como pocas veces se vio. El enfrentamiento fue abierto y directo. Se abrió un sangrado que a día de hoy no paró. La gente de aquella directiva que iba a presidir María Antonia Loureiro se marchó prácticamente en bloque del PSOE. No solo lo dejó, sino que lo dejó enfadada y no quiso saber nada. No se sabe públicamente qué pasó, pero fueron cuestiones personales porque la gente optó por cortar por lo sano.

No ayudó la elección para suceder a Pé- rez Vacas: el exalcalde del Bloque Eduardo Gutiérrez. Tampoco es que sea un escándalo el paso del BNG al PSOE, pero es que Eduardo Gutiérrez no había sido un alcalde cualquiera del Bloque. Había sido un miembro destacado del BNG y estaba totalmente identificado con ese partido en la localidad.

Así que para cuando fueron las elecciones y los resultados de Eduardo Gutiérrez fueron muy malos y solo consiguió salir elegido él para la corporación, los ojos se volvieron hacia la persona que le había colocado y comenzaron a pedirle cuentas por una operación de resultados claramente erróneos.

No fue instantáneo, pero Víctor López acabó por ir dimitiendo de distintos cargos y a empezar otra vez, pero con la agrupación ya más mermada. Tanto, que empezó a haber problemas para elegir una ejecutiva y hacer la lista electoral de 2015, algo de lo que se encargó la persona que se sacaron de la chistera y en la que depositaron enormes y, luego se vio, desproporcionadas esperanzas: el que fuera presidente de Acisa, Roberto Ramos. En honor a la verdad, era imposible imaginar el batacazo tan tremendo que se iba a pegar. Dejó al PSOE en unas cifras complicadas de empeorar y el equipo que él había conformado se fue yendo poco a poco hasta que acabaron por quedar como concejalas dos personas que, en principio, no estaba previsto que estuviesen ahí.

Así que a Aurora González Ginzo le tocó comerse ese marrón. Ella dice que está muy agradecida por la ocasión de haber entrado en política aunque también dice que reconoce que no hay democracia interna en el PSOE. Ella sabrá lo que le gustó, pero la época que le tocó vivir fue realmente de las malas. Prácticamente ninguna alegría se llevó en el tiempo que estuvo ahí.

Hasta el punto de que en verano publicó una carta en la que disparaba con mira telescópica y daba un portazo a su propio partido. Aunque no fue expulsada, seguramente por la complicación para sustituirla, sí quedó claro que no seguiría. Aún después le tocó lidiar con el polémico episodio de su concejala Cristina Losas y su paso por ‘Ahora caigo’, que no ayudó a calmar la tormenta en la agrupación.

Desde entonces, la cosa se estancó. Y lo hizo hasta un punto de calma chicha que se asemeja bastante a una muerte lenta de la que les va a costar recuperarse. Por el momento el viernes se dieron un plazo de unos días para recuperarse que se cierra esta semana.

De momento tienen tiempo para emprender una nueva etapa, pero ya se pueden ir concienciando de que no será llegar y besar el santo. Les va a costar recuperarse. Tienen algo que tiene muy poca gente: una buena marca. Tiene más de un siglo, una inversión que deben saber aprovechar.

EL GUSTO Una recuperación de Fitur prácticamente instantánea

LA QUE CASI podría decirse que es la primera repercusión de Fitur fue a caer en el municipio de Trabada. Anduvo por allí su alcaldesa, Mayra García, que a los pocos días se encontró con que su municipio se encontraba especialmente mencionado como uno de los más indicados en el apartado de "turismo con niños". Aunque no deja de ser una denominación singular y algo ambigua, sirve para que la gente de fuera al menos vaya situando a Trabada en el mapa y de paso se lleve una orientación de lo que se puede encontrar allí. Por algo hay que empezar y es un ejemplo a seguir.

EL DISGUSTO Llegan los problemas previstos con la pesca de la sardina

LOS CALADEROS de sardina están empezando a resultar uno de los primeros dolores de cabeza que tiene que afrontar la directora xeral de Pesca, Acuicultura e Innovación Tecnolóxica, Mercedes Rodríguez. La situación no está clara básicamente porque la especie es escasa y hay que ir racionalizando su pesca. Así que las propuestas que se hacen están cogidas con pinzas porque tienen que pasar por la UE, donde la cosa se complica muchísimo. Su propuesta es que se mantengan abiertos los caladeros pero que se racionalice su pesca. Veremos, pero hay que ir pensando que la sardina será un artículo de lujo.

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