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El gobierno de A Mariña

A CUENTA del nombramiento de Raquel Arias como secretaria de la Mesa del Parlamento se dice por ahí que será José Manuel Balseiro su sustituto como delegado de la Xunta en Lugo. Aunque no se sabe bien quién lo dice. Qué más da. Este tipo de alimento político nos viene muy bien, es muy entretenido, por lo general no hace daño a nadie y lo mismo tal vez aciertas y puedes tirarte el rollo de que tienes unos contactos del copón que te adelantan estas cosas. Sea como fuere, es algo triste la situación en la que suele quedar la comarca de A Mariña en los gobiernos autonómicos, que es siempre la misma: ausente. 

No hay manera de que nos enchufen un conselleiro con peso, y hasta diría de que le den el peso que realmente se merece. Es complicado hasta opinar porque los conselleiros que aparecen son siempre de alguna parte que no conocemos aquí y por eso resulta muy difícil entender cómo es que nadie de por aquí sirve o si es que simplemente nadie nos tienen en cuenta.

La comarca sigue sin tener demasiado peso en los ejecutivos que mandan en Santiago

Esta comarca tuvo peso mediano en el pasado. Cuando gobernó Pérez Touriño la figura de Ismael Rego significaba algo. No tenía un cargo de los que ‘salen en los papeles’, como le dijeron a Rato, pero al menos tenía eso que llaman ‘hilo directo’, así que hasta ahí llegamos. 

Estuvo con Fraga Celso Currás, que aunque oriundo de Trabada, su peso en aquellos ejecutivos quedó estrictamente vinculado a la parcela que le correspondía: la educativa, de modo que poco se le notó a esta zona. 

Por lo demás, poco que rascar. Incluso el delegado de Pesca generalmente nos lo endilgaban de alguna parte. Hubo algunos de aquí, pero ni siguiera todos. 

En general, las apuestas de peso de la Xunta de Galicia por la comarca de A Mariña son contabilizables. 

Se está empezando, con cierta parsimonia, la ampliación del Hospital, que con total seguridad va a ser algo que se agradezca cuando esté terminada. 

No le va a suceder lo mismo a ese tramo autonómico del corredor en Xove, porque va a quedar tan aislado que sus efectos prácticos van a ser nulos hasta que le añadan otros que le otorguen sentido. El problema es que los inmediatamente anteriores dependen del Gobierno central, y eso es harina de otro costal. 

Metieron un montón de millones en la depuradora de Ribadeo, pero cualquier día van a tener que mandar a sus mejores hombres a tapar las fugas de algo tan básico como la traída, que se está resquebrajando y verán cómo será un día de verano en que definitivamente diga basta y entonces haya que hacerlo todo a toda prisa y empiecen a echarse la culpa unos a otros, cuando su reparación hace ya años que tenía que estar lista. 

En el caso de la zona central de la comarca el Gobierno de Feijóo se está centrando mucho en conducir correctamente a los peregrinos en su viaje por la ruta norte a Compostela y, de paso, a ver si se pasan por San Martiño, en Foz. Dentro de poco comenzará a utilizarse la variante de Burela, que costó una millonada, y la residencia de ancianos de Foz también va como un tiro. Es probable que el año que viene también en Foz les hagan ese dragado que les tienen prometido y que tanto necesitan. Será todo un detalle. 

Pero todas estas cuestiones entran dentro de lo que un ejecutivo autonómico tiene que hacer por una comarca. Solo faltaría que no se pusiese al día un hospital que tiene treinta años, que no se dragase un puerto como el de Foz, que se dejase esa barbaridad de tráfico circulando por el centro de Burela o que no se buscase potenciar algo tan espectacular como San Martiño. Hasta ahí podríamos llegar. 

Lo que querríamos por aquí, y hay que decirlo muy claramente, es cierto trato privilegiado. El mismo que vemos cuando vamos a alguna parte como, por ejemplo, las Rías Baixas, donde las infraestructuras son un auténtico lujo, por no decir que en ocasiones son un auténtico disparate. Resulta desolador comprobar por ejemplo cómo es complicado encontrar dónde pasar aquí el día cuando llueve en verano. 

Hace poco publicamos aquí un reportaje de museos más o menos privados que hay por aquí. Dejar el tiempo de ocio al ciento por ciento en manos de la iniciativa privada no es bueno para el negocio, como diría Donald Trump (ahí al lado), que sabe bastante de cómo arruinarlos personalmente. 

¿Mejoraría esta situación con un conselleiro de por aquí al mando de una consellería de las potentes? Es difícil saberlo, porque nunca se dio el caso. Lo que es seguro es que no empeoraría.

EL GUSTO
Un hombre que sabe dar a la gente lo que quiere escuchar

MIGUEL ÁNGEL Revilla estuvo el viernes en Ribadeo y se vio que sabe perfectamente qué hacer y cómo moverse en el mundillo mediático. El hombre se encuentra como pez en el agua entre la gente y sabe decirles exactamente aquello que quieren escuchar. Lo hace sin complejos, hablando de forma muy clara. Y eso sí, hay que reconocerle que suele tener razón en muchas cosas de las que dice, simplemente porque aplica el sentido común y eso es algo que, desgraciadamente, se va perdiendo. Su intervención en los foros de debate del Voar y Sargadelos dejó el listón alto. A ver qué hace Borrell.

EL DISGUSTO
Mañana puede ser un día negro para toda la humanidad

ES COMPLICADO aventurar qué puede pasar si mañana [por el martes] Donald Trump gana las elecciones en Estados Unidos y cómo puede afectarnos. También era complicado aventurar qué podía pasar si quebraba Goldman Sachs. Y ya ven la que se montó. Las complicaciones que el presidente de un país como ese puede crear a nivel de la economía de cada uno de nosotros son tales que seguramente tarden en verse tal vez un año, pero se verán en caso de que toda esa gente que dicen le quiera votar. Muy mala candidata debe de ser Hillary Clinton para que no esté garantizada su elección.

* Artículo publicado en la edición impresa de El Progreso el día 07/11/2016

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