Opinión

Un año de frío

En la casa de un vecino están siempre abrigadísimos porque pasan frío. Cuando le pregunté el porqué no encendían la calefacción o los radiadores eléctricos me contestó: "Es que hay que llenar la andorga y no llegamos —a fin de mes, se entiende—". Conversación concluida. Esto no es un cuento de Navidad con final feliz, es la pura realidad. Ha subido tanto todo (electricidad, gasóleo, butano, COMIDA...) y los sueldos se han empantanado. Consecuencia: cada día llegamos menos.

Recuerdo mi niñez en Montirón. Las casas eran frías, aún sin calefacción. Teníamos una cocina de leña en la cocina y por la noche nos reuníamos todos en el comedor bajo el abrigo de una estufa de butano. Para dormir, mamá ponía las bolsas de agua caliente en la cama, donde no faltaba el cobertor. Eran años de frío, como este que se va (viene). 

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