MIRIAN IRRADIABA felicidad porque los médicos le dijeron que podía estar ya libre de quimio. No era para menos. Tiene 23 años y está luchando contra su quinto tumor cancerígeno. Conmueve su historia, que descubrí en un reportaje de mi compañera Sabela Corbelle, pero todavía emocionan más sus palabras y su actitud ante la vida: alegre, optimista, entusiasta, feliz. Mirian celebra los cumpleaños de las fechas de los diagnósticos de sus tumores porque conmemora haber sobrevivido a ellos; en suma, porque ama la vida. Vivir. Esa es la palabra clave. Oscar Wilde decía que lo menos frecuente en este mundo era vivir, que la mayoría de la gente solo existía, que eso era todo. Cuántas veces acabamos el día con esa sensación, ¿verdad? Y, a veces, ese día se convierte en semanas o incluso meses. Pero no para Mirian. En pleno bajón anímico por la quimio, se asustaba porque no sabía cómo volver a ser ella, cómo volver a sonreír, cómo vivir del único modo que sabe hacerlo, con pasión. Su actitud es el espejo en el que todos deberíamos mirarnos, una maravillosa oda a la vida.
