Opinión

Pepa a Loba, la bandolera

"Camiñante: si queres/ andar seguro/ o mesmo pol-o día/ que pol-o escuro,/ tén para “Pepa a Loba”/ no teu fogar,/ unha cama, unha besta/ y un bó xantar".

Muy poco se sabe de ella salvo por la mención en una carta de Concepción Arenal cuando la bandolera estaba en la cárcel. Su figura se ha convertido en un mito entre la realidad y la ficción porque, como otros personajes legendarios, Pepa lideraba una banda que robaba a caciques y curas para a veces repartirlo entre los pobres. Famoso era también Antonio López de Orbán, más conocido como 'Cinco libras', Pepe 'El Fino' o Antonio Rodríguez Otero que era 'Xan Quinto'.

En la época que vivió Pepa, hacia mediados de mil ochocientos, los mesoneros alternaban la venta de vino, con el oficio de contrabandista, de alcayotes y ladrones. El robo de cepillos, asalto a las iglesias y a los mercaderes por los caminos estaban al orden del día. Su lugar de nacimiento ha sido muy debatido pero prevalece la tesis de Pontevedra, en Couso o Amoedo, según Maximino Fernández Sendín o Carlos G. Reigosa. Se llamaba Josefa y era hija de madre soltera, madre que murió en un parto producto de la violación del propio padre de Pepa y que ella misma presenció.

La crió su tía Dorinda que la maltrataba, aunque otras fuentes hablan de un tío carnicero, y por si fuera poco su padre mató a su propio hermano para quedarse con sus posesiones, pero la acusaron a ella por lo que pasó una temporada en la cárcel. Logró huir disfrazada con la ropas del cura de la prisión y juró venganza. Al salir logró organizar una banda de malhechores y su primer cometido fue asesinar a su propio padre.

Pepa era una mujer fuerte atractiva e inteligente que tuvo una hija a la que no crió porque ya no podía renunciar a su modo de vida. Se convirtió en "el terror de curiales y madreabadesas" y también en una vengadora que dicen asesinaba a ladrones, timadores y violadores: "Aquí no hay más que Pepa... la Loba que va a vengar el agro gallego de estos ladrones, larpeiros, y lampantíns traficantes de la honra ajena". Entrababa en los pueblos montada en un caballo negro con la frente blanca y era tan escurridiza que las autoridades no eran capaces de darle caza. "Una noche se presentó en Ribadavia en casa de cierto usurero matachín y gabacho, y viéndolo tan pálido y tembloroso se contentó con atizarle un par de bofetadas y llevarle el bombín que luego fue vendido en la feria de Maside para más escarnio del truhan".

Sobre 1866 el juez Quiñones instruye una causa contra ella en Cambados por robar al cura de Cea. Como presa en la cárcel de Santiago dormía en el mejor colchón, la mejor comida y bebida era para ella y "vestía como una condesa".

Actuó por Dozón, Cee y Carballiño, O Caurel, Pontevedra y Mondoñedo, por lo que se ha llegado a pensar que podría haber alguna otra mujer dedicada a lo mismo. Aunque hay quién dice que realmente sus fechorías no fueron tantas como las que se le adjudicaron, de hecho, un testimonio de Doña Mariquita de Carballiño cuenta que le prestaba dinero a La Loba porque le parecía una mujer cumplidora y honrada que se lo devolvía con intereses.

En 1906 se reseña en El Correo de Galicia una reyerta en un tugurio, "taberna de baja esfera", de Buenos Aires entre "La Loba chica", hija de Pepa a Loba, con el resultado de dos muertos, entre ellos el marido de esta. Y también hay referencias sobre su sobrina, que también pasó una larga temporada en la cárcel de Santiago, pero la confundieron varias veces con carteristas de la zona.

Según la prensa Pepa muere en el Hospital de Santiago. Su nombre trascendió de tal modo que años después se apodaban 'Pepas Lobas' mujeres de armas tomar. Su máxima: "home morto non fala" y "nunca quixen, nin quererei, e cando queira, morrerei" definen a la perfección el personaje.

Fuentes: El Correo de Galicia, La Correspondencia Gallega, El Gallego, Antón de Casa Nova, Xaquín Sánchez Peña, Isaac de Montenegro en El Heraldo Gallego, La Noche, El Diario de Santiago y Álvaro de las Casas en El pueblo Gallego.

Comentarios