Opinión

La leprosería del Gafos

PONTEVEDRA FORMABA parte de la ruta jacobea desde Portugal por la que «pasaron insignes peregrinos camiño da Cidade do Apóstolo, coma o Barón de Romisthal de Blatna, Francisco de Holanda, Erich Lassota de Stablau, Cosme de Médicis e tantos outros» explica José Ramón Soraluce . La concurrida ruta pasaba por el río Gafos que discurre a lo largo de diez quilómetros y es el segundo río urbano de Pontevedra.

En su desembocadura en las Corbaceiras, también conocida como 'A Moureira de Abaixo' o de 'los pescadores', todavía hoy podemos ver lo que queda de un hospital de leprosos medieval al que pertenecía el templo de la Virxe do Camiño , dedicado a Virgen de la Leche, y de los que hay referencias desde el S XIII.

En gallego-portugués medieval «gafos» significaba leproso y en gallego: leproso, demonio o sucio, entre otras lindezas. También se conocían como 'lázaros' o 'malatos' y se usaba de manera despectiva. El insulto era equiparable a 'cornutum aut sodomiticum'.

En 1863 el diccionario gallego-castellano, obra de Francisco Javier Rodríguez, definía gafura como: "Lepra, enfermedad contagiosa, elefancía, por que pone la piel como la del elefante, arrugada y caspenta. Era palabra de ley. Junto a Pontevedra hay un río llamado dos gafos, porque vivían cerca ó a orillas de él los gafos o leprosos".

Así como existe en Pontevedra el río Gafos , en Portosín tenemos a Praia da Gafa y en Santiago parte del curso de río Sarela se le conoce también como 'de los gafos'.

Jordanus de Turre , profesor de Montpellier hacia 1320, explicaba que el mejor tratamiento para la lepra era la flebotomía "seccionando las venas para limpiar el hígado y el bazo de la sangre impura" y recomendaba comer carne de serpiente porque "un veneno expulsa otro veneno". Durante la Edad Media se estima que afectaba a un 4% de la población ya que es una enfermedad infecciosa muy contagiosa.

Muchos son los testimonios de la caridad hacia los leprosos, en 1384 el Concello de Pontevedra "hacía entrega de unas medidas de sal destinadas al mantenimiento de los lazarados del santuario de la Virxe do Camiño". En 1427 doña Dominga Fernández , enferma de lepra, donaba "para obra e lume de Santa María do Camiño de dita villa de Pontevedra des mrs. de moeda vella". Dos años más tarde don Iohan de Bouça , también enfermo del Gafos, donaba para "o lume e obra da dita yrmida de Santa María do Camino o meu moyo da Bouça" y en 1473 Fernán García Barba de Figueroa dona a la leprosería en su testamento "a ismolda de dogentos pares de brancas da boa e branca moeda".

El Concejo en 1487 dicta una resolución por la que los enfermos sin hijos deben donar sus bienes a la capilla del lazareto pontevedrés. Al templo Virxe do Camiño acudían los gafos por una segunda puerta habilitada para tal fin y para que así cumplieran con sus obligaciones religiosas sin mezclarse ni ser vistos por los feligreses sanos, aunque durante muchos años se les negó la comunión. Los enfermos de lepra aterrorizaban a la población y no ayudaban mucho las marcas que la enfermedad dejaba que eran tremendas ulceraciones, daños neurológicos en brazos y piernas que los hacía caminar con muletas, protuberancias deformantes y falta de sensibilidad.

El testimonio del Padre Sarmiento lo describe muy bien y relata la terrible visión de los leprosos del Gafos: «Alcancé a dos o tres (gafos ) que los tenían recluidos en una jaula a los pies de la iglesia que servía a los leprosos que aún no tenían gafedad». Tal era el estigma que los enfermos tenían su propio cementerio aparte.

Durante la ocupación francesa de Pontevedra y durante la Guerra de la Independencia la capilla fue «arrasada» por el fuego y por el robo de "gran parte de su patrimonio mueble".

El templo fue derruido por el Ayuntamiento de Pontevedra por encontrarse en una zona de expansión urbanística de la ciudad "no solo por hallarse en estado de ruina, sinó porque intercepta el tránsito de una vía pública de gran importancia" y se autoriza en 1936.

En lo que era la leprosería, que se conserva bastante bien en la actualidad, vivió «desde 1940 José Fernández Carrera, o da Carroza, y en la actualidad lo hace su hija Lucía». A nivel nacional todavía se registran algunos casos de lepra hoy en día.

Fuentes: Vai polo río, Galicia y sus Monumentos de Manuel Murguía, Capilla de A Nosa Señora do Camiño de Teresa Moure Pena, Breve historia de la medicina de Pedro Gargantilla.

Comentarios