Opinión

Un valle de lágrimas

Romeros se dirigen al Rocío
photo_camera Romeros se dirigen al Rocío. EP

LOS ROMEROS DE mi pueblo le hacen as beiras a la Virgen de Valvanera. Vive en un monasterio benedictino en un monte de hayedos, robledales y castañares en el que los pocos monjes que van quedando siguen haciendo un licor que no cura los pecados pero sí las penas. La parte del monasterio dedicada al trajín diario es ahora un hotel.

Del pueblo al altar habrá 17 o 20 kilómetros de campos y chopos, la mayor parte tirando hacia arriba. Yo la quiero bien a la romería: de chaval, por ese adoctrinamiento que entonces confundía con devoción; luego, por fe en la fiesta; ahora, que casi ningún año puedo ir, por tribalismo. Si no nos arropamos entre los del pueblo, alguien terminará haciéndonos la cama.

Somos gente más seria que austera, de herencia castellana y reyes navarros, que vive al ritmo que marca el cielo con las cosechas. Mandamos exploradores unos días antes de la romería, que vuelven e informan. Si el año está de llover, echamos a las alforjas chubasqueros, plásticos para sentarnos, evitamos ciertas veredas y llevamos las botas de podar; si está de que no, zapatillas, camisetas y agua embotellada para suplir la de los manantiales resecos. Por el camino, conversación, risas, alguna jota, corros de la patata en Campo Las Brujas y juramentos de cristianos viejos subiendo la Cuesta Reniega. 

No nos hace falta mucho más, la verdad. A media tarde, cuando se llega, cuatro requiebros a la Virgen de Valvanera (tipo "Madre, sálvanos de este valle de lágrimas", es una talla románica y ya digo que medimos el entusiasmo), una Salve, reparto por parte de la cofradía de pan con queso bendecido y pista. Lo que se dice un día perfecto.

Hay que ver la de estampitas chulas que hace esta gente, en la Feria de Abril, en las romerías, en los olivares con sus toradas... hay veces que pienso que es a eso a lo que se dedican, a hacer estampitas

Viene esto a que veo que la Junta de Andalucía acaba de pedir a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que abra las compuertas de un embalse para que el río Guadiamar, convertido en un secarral, tenga caudal los días en que pasen por él las hermandades que se dirigen a El Rocío. Al parecer, quedan muy chulas las estampas de los romeros y los carros floreados y los señoritos a caballo chapoteando en el agua. El agua en cuestión está en uno de los pocos embalses de la zona que todavía tiene ciertas reservas para que los agricultores rieguen sus campos.

Hay que ver la de estampitas chulas que hace esta gente, en la Feria de Abril, en las romerías, en los olivares con sus toradas... hay veces que pienso que es a eso a lo que se dedican, a hacer estampitas, profesionales del costumbrismo. Estuve una vez en la aldea de El Rocío: otra estampita, una serie de calles polvorientas entre casetas de hermandades que forman un decorado de un spaguetti western, con mosquitos que te arrancan la piel como comanches hasta el culo de agua de fuego.

Por mí como si abre las compuertas de par en par y monta en el Guadiamar la de Moisés con los egipcios en el mar Rojo, eso sí que sería una estampita llamativa

La Junta de Andalucía restringió hace nada el agua para consumo y para riego, pero mantuvo el suministro para más de un centenar de campos de golf, más costumbrismo andaluz. También quiere legalizar unos cuantos miles de regadíos y pozos ilegales que están desecando Doñana, pese a los ruegos, posteriormente convertidos en amenazas ante la incapacidad de comprensión local, de toda la Unión Europa. 

Pero quiere que la Confederación del Guadalquivir haga manar el agua de las piedras para que los romeros que van de festorro se bauticen como cristianos evangélicos. A ver, que por mí como si abre las compuertas de par en par y monta en el Guadiamar la de Moisés con los egipcios en el mar Rojo, eso sí que sería una estampita llamativa. Pero me atrevería únicamente a pedir, a rogar incluso, a la Virgen del Rocío, a la de Valvanera o a cualquier otra advocación milagrera, que sequen en nuestros corazones las raíces de la petulancia y rieguen nuestros cerebros con los dones del sentido común. Amén. 

MUNDOS PARALELOS ► Pinceladas de suciedad
El agua es mucho más importante de lo que nos empeñamos en creer. Puede cambiar hasta la naturaleza divina. Agua caliente y una goma de borrar han bastado para dejar al descubierto que el Santo Cristo de Lepanto, la imagen más venerada de la catedral de Barcelona, no era un Jesús negro, sino que era suciedad y hollín de las velas acumuladas a los largo del último siglo. "Algún trocito se había pintado de negro para igualarlo", ha aclarado el deán.

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