Opinión

Cabreos estimados

Contador de cabreos. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Contador de cabreos. VICTORIA RODRÍGUEZ

ME ACABA de llamar María García. La he reconocido de inmediato, porque ya me había llamado varias veces antes. Ya no sé si María García en persona o su secretario o alguna prima segunda, pero alguien de su entorno. Uno acaba por reconocerlos a fuerza de llamadas. Descuelgas y un par de segundos después, no de inmediato, la voz se presenta y calla. Tú puedes callar también o ser amable y responder con un "buenos días, usted dirá" o cagarte en todos los muertos de María, da lo mismo, una vez finalizada su pausa para darte la oportunidad de contestar y que te dé la sensación de estar hablando con alguien real María te contará que llama de no sé qué gabinete y que van a presentar algo en un hotel de tu ciudad que te va a interesar la hostia. Básicamente se trata de atraerte a esa presentación para venderte algo, lo que sea.

Yo no tengo nada en contra ni de María, ni de García, ni de su prima. Las técnicas de venta evolucionan y aquí ninguno estamos como para tirar la primera piedra. Todos tratamos de vender algo al resto, así funciona el sistema. Lo que llevo mal es que me lo traten de vender con una deshonestidad tan grosera. O llama una persona real o llama una grabación. Dar por hecho que puedes hacer pasar una por otra es ofensivo.

A lo mejor es que María me ha pillado cruzado, pero es que empiezo a estar harto de que nos tomen por gilipollas. Una de las grandes eléctricas me ha pasado en un mes una factura de gas de 796,91 euros y otra de 764,33, una a principios de mes y otra a final. La primera por no cambiarme a tiempo a la tarifa regulada y la segunda, por cambiarme. 

Es por algo que se llama lectura estimada. La compañía no envía a un empleado a hacer la lectura del contador, sino que es el cliente, el que paga, el que debe preocuparse de enviar a la compañía, la que cobra, la lectura del contador. Si no lo hace, emite una factura según sus estimaciones. El criterio para esta estimación es el que le sale de las narices. En mi caso, por seguir con el ejemplo, han estimado que he consumido 400 metros cúbicos más de los realmente consumidos, justo en el periodo en el que el gas alcanzaba su disparatado precio máximo. De este modo, la compañía prescinde de los miles de puestos de trabajo necesarios para hacer las lecturas porque obliga directamente a trabajar para ella a todos los clientes sin ninguna compensación. Además, con toda impunidad, se apropia indebidamente durante un periodo considerable de tiempo del dinero de más cobrado con la coartada de la lectura estimada, que nunca es a la baja.

No son solo las eléctricas. La práctica totalidad de mis operaciones bancarias las hago ahora de manera telemática, pero mi banco me sigue cobrando las mismas comisiones, o más, que cuando tenía que mantener en sus oficinas a un nutrido grupo de trabajadores. Peor, porque ahora si necesito ir a esa misma oficina tengo que pedir cita previa y amoldarme a sus horarios, cada vez más reducidos. Me tiene trabajando a cambio de nada.

¿Se han fijado en las gasolineras? No recuerdo la última vez que alguien me llenó el depósito. Llegas al surtidor, repostas y entras en el chiringuito a pagar: 

—Me cobras el surtidor 4.

—Claro, ¿tarjeta de puntos?

Hasta el dueño del bar más perdido del país necesita un carné de manipulador de alimentos para servirme un pincho de tortilla, pero cualquier hijo de vecino está autorizado a manejar una manguera que suelta combustible a chorro. ¿Alguien ha percibido que prescindir de esos miles de empleos haya servido para rebajar el precio de los combustibles?

Igual no debería haber escrito esto en este estado de cabreo, pero es que tampoco tengo claro que más adelante se me vaya a pasar. Lástima me da la próxima María García que me llame.

Diario Cinco Días
Hoja parroquial del dinero
@BBVA aprobará en su junta un megabonus del 200% para cientos de directivos.
(El banco ganó en 2022 la mayor cifra de su historia, 6.420 millones, así que se puede permitir un 200% de bonus para sus risk takers. Sin embargo, Antonio Garamendi, presidente de la patronal de empresarios, ha salido airado en contra de las subidas salariales que amenazan la economía: en concreto contra la subida de 80 euros en el salario mínimo )

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