Opinión

Objetos perdidos y otros asuntos literarios

Todo el mundo está hablando de la novela de Tallón, en todas partes, a todas horas. Se ha hecho tan omnipresente que hasta su hija Helena se ha enterado de que su padre es famoso. Se lo comunicó la dentista en una revisión de sus dientes de leche. La niña, aún con la boca abierta, se giró hacia él y lo examinó con sorpresa, calibrando si en su rostro había algo que delatase esa nueva condición.

Seguramente, Helena no sabe tampoco que hace un cameo en la historia de su padre.

Las primeras citas que dan paso a las cuatro partes de Obra maestra, podrían formar un relato breve, casi al estilo Monterroso, pero lleno de significado. "¿Qué buscas?", ¿Te ayudo a buscar, papá?, "No sabes buscar", ¿Lo encontraste?

Tallón busca la literatura y a veces lo hace en lo inverosímil, en lo casi disparatado, en la anécdota, en los márgenes, en los objetos perdidos y sus inciertos destinos.

Cuando hace unos meses me contó cuál era el argumento de su siguiente novela y me explicó que se refería a la desaparición de una escultura gigante del museo Reina Sofía, me quedé algo perpleja. Moviendo la cabeza hacia los lados como un perrito colgado del retrovisor, le objeté que era muy difícil conseguir emoción con ese hecho rocambolesco, por mucho que se tratara de Richard Serra.

Me equivocaba, claro. Salió el libro y enseguida supe que tenía entre mis manos una de las grandes lecturas del año.

La arquitectura de la novela es limpia y sofisticada como lo son las enormes, pesadas y ligeras propuestas del artista americano, como si el Juan tuviese claro que esta construcción debía seguir los mismos pasos que los de una de sus obras, hechas para ser recorridas, para envolver, para recorrer y para observar desde muchos puntos de vista.

Más de setenta voces tiran del hilo que las une a Equal-ParallelGuernica-Bengasi y todas ellas no son suficientes para dar una respuesta a lo que ocurrió desde que la escultura se retiró a un almacén hasta que, años después, alguien fue a reclamarla y se encontró con que se había volatilizado. Creo que eso es lo que buscaba Tallón, los agujeros de la realidad que jamás podemos rellenar.

El arte y la literatura suelen ser un montón de preguntas amontonadas.

Como dice la cita de Jay McInerney recogida por él, "Todo está camino hacia algún lado, pero casi nunca llega"

Pero sí, Tallón llegó a su obra maestra..

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