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Trabajo sucio

Más allá de sus errores, que serán evaluados por quien corresponda, el trabajo de la jueza De Lara deja cosas importantes

ANDA ESTA TEMPORADA en el ojo del huracán la jueza lucense Pilar de Lara, a la que poco a poco se le va derrumbando el castillo de naipes que construyó alrededor de la operación Pokemon contra la corrupción. Este famoso caso, que estalló en septiembre de 2012 a raíz de unas escuchas del caso Carioca y con el grupo Vendex en el epicentro, puso patas arriba la política autonómica. Es más, pocos hechos han tenido tanta repercusión en la configuración del actual mapa político gallego como esta macroinvestigación, que derivó en otras tramas secundarias como la Pikachu (A Coruña) o la Manga (Santiago), que borraron del mapa a corporaciones enteras. Incluso se extendió fuera de Galicia. Pero han pasado seis años desde aquellas primeras detenciones de Liñares, Gacio y compañía y parece que todo ha vuelto al punto de partida. El propio poder judicial pone ahora en duda la instrucción en la que se embarcó De Lara e incluso a la propia jueza. Parece que el sumario de la Pokemon camina irremediablemente hacia un cajón, tras causar innumerables daños a nivel personal y político y consumir ingentes recursos económicos y materiales de la Justicia.

→ Aprender la lección

Las investigaciones de la Pokemon y la Campeón han dejado un reguero de ‘cadáveres’ políticos en la cuneta, lo que automáticamente invita a pensar en que algo no se hizo bien. Visto desde fuera, sin perspectiva ni formación judicial, parece cuestionable la espectacularidad de algunos de los operativos de Vigilancia Aduanera, por ejemplo. O las peligrosas filtraciones del sumario. Incluso mantener a políticos en prisión incomunicada un par de días a la espera de declarar. Pero, sobre todo, lo verdaderamente grave es prolongar las investigaciones durante seis o siete años sin ningún tipo de resolución, arrojando una sombra permanente de duda sobre los imputados que, en casos como los dos Blanco, Orozco, Paco Rodríguez o incluso indirectamente Besteiro sea ya permanente. Hasta políticos tocados de refilón como la compostelana Paula Prado tendrán que convivir toda la vida con la célebre frase de los "regalos de la hostia" pese a que, a nivel personal, su expediente judicial también quedó limpio.

La Justicia tiene que aprender la lección. Pero no solo De Lara, porque otros operativos anticorrupción como la Orquesta en la Costa da Morte, la Zeta en A Coruña, la Pulpo en Lugo o la Patos en Vigo llevan la misma deriva. Las únicas investigaciones de este tipo que parecen cuajar en España son aquellas que tienen en el punto de mira a un solo partido, como el PP en la Gürtel, el PSOE en los Ere o la extinta CiU en el famoso 3%. Ahí es como si toda la política empujase en la misma dirección que la Justicia. Pero con la Campeón y la Pokemon ocurre al revés; es algo transversal y toca todas las siglas. Por eso, desde la clase política, nadie empuja en la misma dirección que De Lara. Al contrario, todos piden su cabeza y ven en su actuación intereses partidarios.

→ Una lectura positiva

Dejando de lado sus posibles errores, que serán evaluados por las autoridades competentes, el trabajo sucio de De Lara deja un legado importante a nivel político y social. Si el clientelismo es la forma más sutil y peligrosa de la corrupción, por estar aceptado socialmente, precisamente la jueza lucense sacó a la luz una forma de hacer las cosas en los ayuntamientos que, aunque sea casi imposible de castigar penalmente, sí debe ser reprobada socialmente. Gracias a los escándalos de la Pokemon la Xunta se dotó de un código ético en 2014, se aplicaron numerosas medidas de transparencia y muchos políticos cambiaron sus prácticas.

Porque aunque es cierto que nadie debe pagar la llamada ‘pena de telediario’ ni ir a la cárcel por regalar un bolígrafo, también lo es que nadie con méritos suficientes debe quedarse fuera de un proceso o concurso público, que se paga con el dinero de todos, por el simple hecho de no haberle pagado la comida o el jamón al alcalde o al concejal de turno. De Lara pudo equivocarse. Pero cientos de políticos, también. Y sus dudosas actitudes también dejaron a muchos damnificados en las cunetas.

Una excesiva conflictividad en el Chus

ESTA SEMANA empezó una huelga en el servicio de Urgencias del Hospital Clínico de Santiago, integrado en el complejo conocido popularmente como Chus. Como ocurre cada vez que hay un conflicto laboral en el área sanitaria, la repercusión social es enorme y los principales damnificados son los pacientes. Es cierto que la sanidad gallega anda revuelta en los últimos tiempos por una supuesta falta de medios —huelga en los PACs, líos en el 061, Povisa, paros en el Cunqueiro, etc—, pero la especial beligerancia que se vive en el complejo compostelano quizás no sea casual. Cada vez son más los que vinculan esta conflictividad con la presencia de Eloína Núñez Masid como gerente del área integrada compostelana. La ourensana llegó a Santiago en febrero de 2017 desde el Chuo en un relevo interno que no tendría nada de especial si no fuera porque es prima del presidente Alberto Núñez Feijóo. Por eso el excesivo celo de la acción sindical y de parte de la oposición en el Chus tendría como objetivo desgastar al titular de la Xunta.

La crisis de pediatras también es política

FALTAN PEDIATRAS en Galicia y en España. Pese a que la natalidad cae en picado no hay suficientes, lo que está derivando en una problemática que va camino de alcanzar la categoría de crisis para la Xunta. Las soluciones, en principio, serían tres: más plazas Mir en esta especialidad, usar médicos de familia para cubrir las plazas vacantes o redistribuir la atención concentrándola en grandes centros de salud que funcionen como cabeceras comarcales. La primera demanda no la atendió el Gobierno de Mariano Rajoy ni parece que la vaya a atender el de Pedro Sánchez. La segunda, que se usa en muchas autonomías, no le gusta en principio a la Consellería de Sanidade. Así que parece que la cosa irá por la tercera vía, que ya se usó en verano para dar vacaciones al personal con relativo éxito. Es, además, la única que tiene el visto bueno de los profesionales. Lo que ocurre es que implica sacarle pediatras a algunos pequeños concellos que hoy lo tienen, una decisión que Sanidade no tomará a las puertas de las municipales. Pura política.

Fernando Blanco

Blanco reaparece y lo hace en el escenario que usó Anxo Quintana

TRAS CASI OCHO años desaparecido, el exconselleiro de Industria del bipartito y exdiputado del BNG, Fernando Blanco, se puso de nuevo ante los focos una vez archivada la causa contra él en la operación Campeón. Lo curioso es que el lucense escogió para su acto público el mismo hotel y el mismo salón compostelano que en 2014 utilizó su colega Anxo Quintana para presentarse ante los medios tras un lustro desaparecido. La diferencia es que el de Allariz regresaba buscando protagonismo y hueco a las puertas de las municipales —que no logró—, mientras que el regreso de Blanco a la primera línea es más improbable. Aunque Pontón lo contempla, él sabe que su imagen quedó muy tocada.

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