Opinión

Gordas

El Ministerio de Igualdad ha lanzado una campaña para defender la existencia de gordas en las playas. Es lógico preguntarse si hasta ahora a la playa sólo iban mujeres delgadas (de los hombres ni hablamos ¿eh? ellos pueden lucir lorza), pero la secretaria de estado Angela Rodríguez aclaró que en la playa siempre ha habido chicas con sobrepeso "asumiendo odio por enseñar un cuerpo que no es normativo". Odio. Ajá. Resulta que la gente odia a las gordas que van a darse un chapuzón. No sé qué playas frecuenta esta señora, pero en las que yo me baño no he visto a nadie odiando a las gorditas anónimas que se pasean por la orilla. Las señoras del Ministerio de Igualdad justifican su existencia inventando un mundo espantoso, en el que se detesta a las mujeres con celulitis, y menos mal que está Irene Montero para hacer un cartel –un cartel que utiliza sin derechos la imagen de modelos gruesas, y que usó Photoshop para cambiar unas prótesis ortopédicas por piernas de verdad, porque gordas sí, pero amputadas de las extremidades no– para animarnos a enseñar michelín. Señalo tres verdades incuestionables: una, en cualquier playa hay más mujeres gordas que mujeres delgadas. Dos, a la gente normal le importa una higa cuánto pesa la de la toalla de al lado. Tres, aunque la gordura no debe ser motivo de vergüenza, la obesidad es fuente de problemas cardíacos y de algunos tipos de cáncer, así que es más útil concienciar a la gente sobre las bondades de la vida sana y la importancia de controlar nuestro peso, que gastar recursos en convencernos de que existe una plaga de gordofobia: nadie en su sano juicio odia a un gordo ni a una gorda. Dicho esto, quizá este verano sea el primero en el que alguna mujer a la que le sobran unos kilos vea ojos de odio en la señora que la mira preguntándose donde compró el pareo. Eso es lo que va a conseguir la campaña: que las que nunca se habían avergonzado de su peso crean que se las detesta por sus kilos de más.

Comentarios