Opinión

Arriba el telón

EL MIÉRCOLES reabrimos los Teatros del Canal. Y pluralizo porque la apertura es resultado de un esfuerzo colectivo que comenzó con la pandemia, cuando tuvimos que echar el cierre al considerado, con toda justicia, buque insignia de la cultura de Madrid. La tarde del 12 de marzo hablaba por teléfono con la directora del Canal, la bailarina y coreógrafa Blanca Li, y en aquella conversación tristísima nos conjuramos para levantar el telón del Canal "ni un minuto antes de lo que nos dejen, ni un minuto después de lo que sea posible". Y después del más prolongado silencio de las artes escénicas en la historia de la civilización, ha llegado el momento de regresar. Se ha programado el festival ‘Madrid en Danza’, que celebra su edición número 35: seis espectáculos, ocho bailarines, una sala a un tercio del aforo y todas las medidas de seguridad imaginables.

Mi viceconsejero, Daniel Martínez, estaba preocupado por si la gente tenía reticencias a la hora de volver a los espectáculos en sala: el miedo es libre. Yo le aposté un gintónic a que íbamos a vender las entradas para el estreno — El amor brujo, con el gran Israel Galván— en menos de 24 horas. Me equivoqué: tres horas duraron los tickets a la venta. Madrid tiene ganas de danza, ganas de teatro, ganas de público, ganas de aplausos en el patio de butacas. El Canal se convierte en el primero de los grandes teatros europeos en ponerse en marcha, y eso es motivo de celebración y orgullo.

Con las entradas de seis funciones casi agotadas, vamos a ofrecer la posibilidad de entrar en la sala vía streaming para que todos los aficionados compartan el acontecimiento. Y sé que cuando, después de tantos meses de silencio, se levante el telón del Canal, voy a sentir algo muy especial, único, inexplicable, fruto del trabajo y la entrega de un equipo enorme, y de la respuesta de un público que tenía tantas ganas de volver como nosotros. La vida regresa, poco a poco. Qué ganas teníamos…

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