Opinión

Riccardo Tisci, diez años en Givenchy

El creador emocionó en Nueva York con una colección que repasa su trabajo en la firma gala

La cita más esperada de la Semana de la Moda de Nueva York era la presentación de algo tan externo en este evento como una colección francesa. Riccardo Tisci decidía mostrar las propuestas de Givenchy para la primavera/verano 2016 en el Pier 26 del río Hudson. ¿Por qué este salto al otro lado del Atlántico? Para celebrar la apertura de su tienda insignia en la Gran Manzana y para conmemorar su década como diseñador al frente de la casa de moda francesa.

Y qué mejor forma de crear expectación que movilizando a las masas. Más allá de las invitaciones vip, e incluso de contar con la asistencia de Michael Kors, Alexander Wang, Jeremy Scott o Pedro Almodóvar, Tisci logró un auténtico boom en las redes sociales. Adicto a Instagram, el creativo sabe del poder del smartphone para comunicar qué está pasando en el momento en que está pasando. Y sabe que nadie está más deseoso de contar en sus perfiles todo lo que vive que el público aficionado. Por ese motivo, el italiano sorteó a través de internet más de 400 entradas dobles para asistier al desfile. El éxito, rotundo. No obstante, el reconocimiento no es el fruto de un aquí y ahora sino de un camino plagado de trabajo y buen hacer.

Revisando las más de 80 propuestas de Tisci para Givenchy, uno se percata rápidamente del motivo por el cual la firma francesa sigue siendo, más de 60 años después de su fundación, una de las favoritas. El italiano preparó con minuciosidad este espectáculo en el que la escenografía se convirtió en el tándem perfecto de las propuestas, gracias a la artista Marina Abramovic. El ambiente emulaba las favelas brasileñas, con palés donde se sentaban invitados y modelos. También hubo un recuerdo para el 11-S con unas luces de fondo que rendían homenaje a la tragedia ocurrida hace 14 años. ‘Creo en el poder del amor’ fue el lema perfecto para una de las más románticas colecciones de Tisci. Los destellos naïf estuvieron tan presentes que, en ocasiones, tapaban la estética gótica que define el trabajo del italiano. Camisetas de satén, ‘crop-tops’ con drapeados, encajes, puntillas, transparencias, prendas de seda, batas de raso… el estilo lencero impregna una colección en la que los protagonistas absolutos son el blanco y el negro. Y propuestas más nocturnas, con plumas y esos bordados magníficos que Tisci domina como nadie. Diseños para hombre basados en el tradicional sastre en el que juega impecablemente con los largos. Incluso dos vestidos para la polémica: uno que lució Joan Smalls en negro, y que ya llevó Natalia Vodianova en la colección de Alta Costura de 2010, y otro modelo en color champagne prácticamente igual al que vistió Anne Hathaway hace tres años en el estreno de ‘Los miserables’.

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