Opinión

Prendas denim: ¡Sí, quiero!

Se estima que cada segundo se venden sesenta pares de vaqueros en el mundo. ¿Por qué siguen teniendo tanto éxito a pesar de tener más de un siglo de vida? Quizás su comodidad, su fácil combinación con otras prendas, su durabilidad, su resistencia o su precio económico son algunos de los factores que le hacen triunfar cada estación. Pero algo más tendrán cuando todos tenemos varios pares en nuestro armario y nos compramos -al menos- uno cada año.

La historia del denim, también conocido como vaquero, tejano o jean, es una de las más apasionantes de la moda. Y lo es porque esta prenda servía como símbolo para reflejar la situación que se vivía conforme cambiaba la situación social. Empecemos por el principio. Además es de las pocas tendencias –sino la única- que nacieron en la calle y dieron el salto a las pasarelas. No es posible entender el denim sin referirnos a Levi Strauss. Él fue quien utilizó unos resistentes tejidos para fabricar monos de trabajo. La tela era tan sumamente dura que conseguía mantener la prenda de pie. Strauss continuó investigando y mejorando sus tejidos hasta que le enviaron una remesa de algodón con hilos teñidos de azul índigo procedente de Nîmes.

El tejido vaquero se consolida como una de las tendencias de moda clave para esta temporada

Por tanto, el denim nació como una prenda para trabajar. Primero destinada a los mineros, luego a los agricultores y a los obreros hasta llegar, con el crack de 1929 en Estados Unidos, al campesinado y las personas pobres. Posteriormente fueron utilizados como moneda de intercambio por los soldados americanos; de ahí su exportación a Europa. Al finalizar la guerra, los soldados continuaban utilizando sus vaqueros. Ese fue el paso definitivo para convertirse en tendencia.

En esta historia hay dos nombres clave. Además de Strauss, pionero en la comercialización del jean y en introducir remaches, debemos tener en cuenta a Lee, quien les puso cremallera e inventó la técnica para que no encojan al lavarse.

Brooke Shields, Marlon Brando y James Dean contribuyeron al éxito de esta tendencia gracias a su elección de vaqueros para sus apariciones. En las grandes pasarelas, Calvin Klein, Yves Saint Lauren y Kenzo hicieron el resto. Desde entonces podemos decir que nunca han dejado de estar de moda, ya sea reinventándose con el efecto tie-dye o con el color en degradé o rompiendo sus telas para emular el efecto gastado.

Esta temporada la tendencia se extiende a todas las piezas de nuestro armario. Desde las camisas vaqueras a las faldas –en su versión más extralarge-, los shorts o los petos. Lo mejor es combinar la tendencia en diferentes prendas con distintas tonalidades. Así nos lo muestra Chloé, que propone un jersey con un ligero efecto desgastado con falda abotonada o Stella McCartney, que lo muestra en un dos piezas compuesto por camiseta con hebillas y ligeros adornos delanteros y falda también con abertura lateral.

Pero no hay duda que las verdaderas estrellas son los jeans. Este verano regresan en todas las opciones posibles, aunque mi apuesta personal son los acampanados –siguiendo la filosofía seventies-. Si buscan unos de fondo de armario pueden visitar las propuestas de Levis, Diesel, Lee, Tommy Hifiger o G-Star, son los mejores en relación calidad-precio. Fendi y Gucci también apuestan por el total look vaquero. Eso sí, para el día mejor con sandalias –prueben con unas romanas- y para la noche no duden en subirse a los tacones. Serán las más estilosas de la noche.

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