La edición número 73 de los Globos de Oro tiene una triunfadora indiscutible: miss Palermo.
Todos tenemos debilidades, solo hay que saber reconocerlas. La mía -estilística, por supuesto- es Olivia Palermo. Creo que, a día de hoy, todavía no he visto un look suyo que no me guste. La socialité americana tiene ese no sé qué que la hace brillar allá donde vaya, ya sea paseando a su perrito o sobre la alfombra roja. Y si encima se viste de mi diseñador español favorito, el flechazo es seguro. Olivia Palermo fue la única que consiguió brillar -con sus siete letras- en los Globos de Oro. ¿Cómo lo hizo? Luciendo un espectacular vestido en palabra de honor y precioso color blocking (en perfecta combinación de rojo y rosa sobre fondo azul marino), firmado por Josep Font para Delpozo. Mirad la imagen y negadme que es de lo mejor que se ha visto últimamente.
No es que no hubiese más asistentes bien vestidas. Claro que sí. Pero en esta etapa que podríamos clasificar como de la moda en tiempos de crisis (crisis a innovar, claro está) hemos visto más de lo mismo. Las tendencias principales: escotes y paillettes. Pero, ¿acaso no es lo de siempre? Sí. En alguna otra ocasión os he explicado que las actrices se juegan mucho más que estar en la lista de las mejor vestidas, se juegan contratos millonarios siendo imágenes de las marcas. De ahí sus guiños a ciertas firmas y su querer mostrar una apariencia determinada.
Mi segunda favorita es Amber Heard. La actriz eligió un diseño de Gucci Couture de corte semi-imperio en tonalidad rosa y con cuello con flores. Espectacular con uno de los mejores diseños de Alessandro Michele. Por supuesto, en este repaso tampoco podemos olvidar a Jennifer Lawrence. Muchos la han acusado de no atreverse a arriesgar pero en ciertos momentos, si se está convencido de que algo queda bien, ¿por qué cambiar? La actriz eligió un diseño en rojo de Dior, firma de la que es imagen, que resaltaba su belleza. Las aperturas cut-out laterales resaltaban su figura y su pelo recogido dejaba todo el protagonismo a la increíble gargantilla de diamantes que llevaba. Amy Adams también fue una de las que eligió ponerle color a la alfombra roja y se decantó por un diseño en naranja de Atelier Versace, ceñido a la cintura y con paillettes. En la tendencia colorista destacó una de las actrices que suele horrorizarme por su empeño en enseñar su cuerpo: Jennifer López. Se decantó por un modelo de Gimabattista Valli que la coronó como una de las más estilosas. Con apertura lateral a lo Angelina y capa, López eligió uno de los diseños más originales, a la par que elegantes, de la noche.
Por último, las joyas más llamativas: el collar de David Webb que lució Olivia Palermo, la gargantilla de Chopard de Jennifer Lawrence y los pendientes de archivo de Tiffany, de platino y diamantes creados en 1915, que llevó Cate Blanchett.
De las tendencias que van más allá de mostrar lo bonito que se tiene el escote o el aburrido vestido champán con paillettes, aunque Rosie Huntington-Witheley no pudo estar más acertada con su Atelier Versace, hubo una que llamó mi atención: las colas.
Quizá por mi momento personal no puedo evitar fijarme en los vestidos que no finalizan a ras del zapato. Soirse Ronan fue una de mis favoritas, con un vestido con capa-cola de tul, o Viola Davis, con un modelo que resaltaba su figura.
No puedo olvidar en la lista de las mejores a Cate Blanchett, que deslumbró con un modelo de estética años 20 de Givenchy.
