Opinión

Pedro y Pablo en Casablanca

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PEDRO Y Pablo no se quieren. Se entendieron en la moción de censura que propuso el PSOE para acabar con el Gobierno del PP, pero eso no quiere decir que haya amor. Aquello fue un lío entre dos almas jóvenes que creían que podían cambiar el mundo, como cuando Humphrey Bogart e Ingrid Bergman vivieron unos días con Cupido en París antes de que estallase la guerra. Otra cosa fue lo que pasó en Casablanca. ¿Recuerdan la película? Bogart y Bergman se reecuentran en Marruecos y les asalta la duda de si el fuego que ardió en Francia aún tiene  cenizas. Parece que sí, pero ahora la cosa es más seria, pues el novio de Bergman es un miembro de la resistencia contra los nazis, así que Bogart deja a un lado el corazón y decide salvar la humanidad a costa de perder a la mujer de su vida. El reencuentro de Pedro (Sánchez) y  Pablo (Iglesias) en Casablanca terminó también sin boda. Cuando llegó el momento de alcanzar algo tan serio como un acuerdo para formar un gobierno de izquierdas a Pedro le pareció que Pablo exigía demasiado y Pablo no le vio muchas ganas de pasar por el altar a Pedro. Hasta el PNV se metió por el medio. "Los de Podemos sois muy jóvenes", dijo desde la tribuna del Congreso, y Pedro asintió desde su escaño, porque si alguien sabe de pactos, esos son los del PNV. Así que ahora todo queda pendiente de un último intento en septiembre. Tendría más opciones de éxito en agosto, que es tiempo de amores de verano, fugaces, como el de Bogart y Bergman en París.

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