Opinión

El disfraz de Igor Rakocevic

LOS QUE SALEN a bailar con Máximus a la pista no, pero muchos de los que nos pasamos por el Pazo vivimos esta temporada al estilo Cuéntame, con la vista en el pasado. Han sido tantas las batallas con el Breogán de por medio que con todas las camisetas tenemos una historia que comentar.

Que viene el Madrid, pues a recordar la primera vez que se le ganó. Que se presenta en el Pazo el Joventut, pues a pensar en cómo ha cambiado el cuento en el club catalán. A mediados de los 80 apareció en el Municipal con un equipazo formado por canteranos que tanto te metían 20 puntos como rompían el corazón de una quinceañera... o quinceañero. Y ahora de Badalona les queda poco más que B del escudo.

Este domingo visitó al Breogán el Valencia. Si metes esas dos palabras en una coctelera y agitas salen otras dos: Bell y Rakocevic. ¿Lo recuerdan? Una pista: corría el año 2005 y en Lugo había aterrizado, aún no se sabe muy bien cómo, un extraterrestre.

El tal Bell tenía buena pinta. Elegante, con buen tiro, rápido... como tantos otros. Lo que pasa es que en su caso no solo era pinta. Todo en él era real. Un día se puso la capa y empezó a batir récords allá por donde pasaba. Así, convertido en uno de los mejores escoltas de Europa, llegó al 5 de febrero de 2005, cuando otro fuera de serie osó desafiarlo.

El Pazo se puso en pie para presenciar el Breogán-Valencia, pero en realidad era un Charlie BellIgor Rakocevic. El serbio era de los pocos que se atrevían a acercarse a los números del genio de Flint, así que semejante valentía iba a tener que refrendarla en el Pazo. Pero no pudo. El duelo cayó del lado del breoganista, que condujo a la victoria a su equipo. El resultado fue de 40-30, y el del encuentro 96-88, pero eso era lo de menos.

Este domingo no estaba previsto un duelo en OK Corral. Los tiempos han cambiado y tanto Breogán como Valencia cuentan con plantillas equilibradas que no necesitan de un superhéroe. Y así se estaba desarrollando el encuentro. Pero el equipo ché tenía un as en la manga. Tras el descanso, disfrazado de Matt Thomas, apareció en escena Rakocevic, que a base de triples aniquiló al equipo celeste.

El Pazo buscaba a Bell, pero Flint está demasiado lejos. No hubo respuesta desde la trinchera celeste. La ACB es así de cruel. Pero la situación no es peligrosa. Sin superhéroes, el Breogán acaba la primera vuelta con seis triunfos. Eso sí, habrá que estar atentos en los descansos a ver de qué se disfraza la gente.

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