Opinión

Bendito sea aquel play off

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photo_camera Salva Arco celebra el triunfo ante el Alicante. XESÚS PONTE

Lo bonito que es ir al Pazo en manga corta, o incluso de tirantes. Lo bonito que es ir con buen tiempo. Lo bonito que es ir a ver un partido de play off. Lo bonito que es jugar al baloncesto en primavera a orillas del Miño... Y lo es pese a lo que sucedió allá por 2015, una de las pocas derrotas de las que no cuesta hablar, una herida que se va cerrando ella sola con el paso del tiempo.

Aquella final de la LEB ante el Ourense se perdió, pero se ganó algo más importante. Aquella primavera el Breogán recuperó su grandeza para, pocos años después, recuperar también su lugar en la Liga ACB.

Fue un play off que dejó asuntos pendientes que el reloj ha ido zanjando poco a poco. Sirva de ejemplo el proceso de breoganización de Salva Arco; que le ha llevado a ocupar un destacado puesto en el Vaticano celeste, y que el miércoles ejerció de verdugo de quien en 2015 era su fiel escudero en el Ourense: Pedro Rivero.

Es primavera y el baloncesto seguirá a orillas de un Miño que tal vez desemboque en la ACB. El último obstáculo será el Granada y en él milita Christian Díaz, que allá por 2015 jugaba —caprichoso destino— en el Ourense. Bendito play off aquel que no se acaba nunca.

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