Opinión

Bilardo, Scaloni y las escaleras

Scaloni, durante el partido ante Arabia Saudí. ALBERTO ESTÉVEZ (EFE)
photo_camera Scaloni, durante el partido ante Arabia Saudí. ALBERTO ESTÉVEZ (EFE)

Carlos Salvador Bilardo dejó dos charlas para la historia durante el Mundial Italia 90. La primera fue después del partido inaugural, en el que Argentina, que venía de ganar en México 86, cayó ante Camerún. El cuadro africano se impuso gracias a un gol de Oman-Biyik y después de repartir una colección de patadas inconcebible en el fútbol de hoy en día. Una vez en el vestuario, con los jugadores tragando bilis en completo silencio, el Doctor tomó la palabra.

—Si no vamos a pasar de la primera fase, mejor que se caiga el avión cuando volvamos a casa.

El Cabezón Ruggeri asegura aún a día de hoy que Bilardo hablaba en serio. Maradona, siempre que recordaba ese momento, se ponía muy serio y contaba lo que le contestó. 

—Eh, a mí avíseme en qué avión va para no montarme, que yo tengo allá a Claudia y a las nenas.

A Bilardo también le esperaba una mujer y una hija... pero venía de perder con Camerún.

Con el tiempo se sabrá lo que Scaloni le dijo a sus jugadores después de la derrota de este martes ante Arabia Saudí en el debut en Catar 2022. Después de encadenar 36 encuentros sin perder, Argentina tropezó justo donde no debía, en la primera piedra. Ahora la cuesta es inmensa. Otro resbalón, por pequeño que sea, y el avión espera.

Carlos Salvador Bilardo. ARCHIVO
Carlos Salvador Bilardo. ARCHIVO

La segunda charla histórica de Bilardo en Italia 90 fue en el descanso del duelo de octavos de final ante Brasil. Los primeros 45 minutos fueron un baile a ritmo de samba. La canarinha pasó por encima de Argentina, y solo los postes, Goycoechea, y la falta de puntería de Careca, Muller, Valdo y compañía evitaron que el marcador se moviese.

Otra vez el silencio en el vestuario. Y en este caso también la preocupación, pues se avecinaba un futuro negro en la segunda mitad. Los jugadores recuperan fuerzas sentados, cabizbajos... pasan cinco minutos... nadie dice nada... diez minutos... el entrenador no aparece... miradas que se buscan... quince minutos... suena el timbre, hay que volver... el cuadro argentino regresa al campo inseguro; no hay cambios, no hay órdenes, no hay nada... y cuando están subiendo las escaleras se escucha desde atrás la voz de Bilardo.

—Muchachos, perdón, una cosa... si se la siguen dando a los de amarillo vamos a perder.

Argentina mejoró en la segunda mitad y una genialidad de Maradona bastó para que Caniggia anotase un gol que forma parte de la tradición oral del país. «Se ha contado tantas veces que cualquier día lo falla», dicen por allá.

Antes de que empezara este Mundial, una vez conocidos los grupos y el orden de los cruces, el planeta futbolero soñaba con una semifinal entre Brasil y Argentina. La derrota de los de Scaloni ante Arabia Saudí convierte en casi imposible ese escenario.

Una vez más, el fútbol se encarga de tirar todas las quinielas a la basura. En 1990, Argentina perdió su primer partido ante Camerún y llegó a la final, donde un dudoso penalti le apartó del título. Pese a ello, en su regreso a Buenos Aires fue recibida a lo grande. En 2022 lo ha perdido ante Arabia y ahora, un equipo que soñaba con la gloria solo piensa en la cuesta que tiene por delante, en cómo esquivar las piedras... en las escaleras por las que se sube a un avión.

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