Opinión

Y ahora, ¿cuándo?

NO SIENDO el único contrasentido urbanístico y de obra pública en Lugo, la chambonada que permitió a la pasarela metálica y provisoria (¿) servir de paso peatonal entre San Roque, Ronda y Montero Ríos, durante más de tres décadas, por descabellada y burda, gracias a la desidia municipal que la auspició, bien merecería figurar en el Guinness de los récords. Al ser ahora cortado el andén, por las obras que se realizan para su sustitución, dentro del proyecto urbanístico de la zona, no quiere decir que quede resuelto, pues la traba que obstaculiza el movimiento peatonal en una de los puntos más bulliciosos y neurálgicos de la ciudad, no exento de peligro para los viandantes si no se extrema la precaución, sigue.

El Concello, al menos de momento, no fijó ningún plazo para resolverlo de manera definitiva, lo cual presagia que se eternizará; otro aval para el asiento de más provisionalidad. La cierto es que el pretendido pasillo, asociado a la restauración, aun sin saberse muy bien cómo va a descifrarse la edificación en el solar liberado de maleza y viejos inmuebles, no admite dilaciones, salvo que asome otro amodorramiento, asistido por la pereza y el aturdimiento de quienes tienen en su mano la responsabilidad de activar las obras y no lo hacen.   

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