Opinión

Tropezones

Cierto que para no tropezar, nada mejor que mirar dónde se pisa. No todo es liso y llano. Pero como tampoco se presupone que el camino ha de estar plagado necesariamente de charcos y badenes, lo habitual es que miremos más al frente que al suelo. Es curiosa la discutida sentencia del juez que exime de responsabilidad al Concello de Lugo por la denuncia que formuló la viandante que se cayó, con esguince de tobillo y policontusiones como resultado, en la rúa San Pedro al tropezar con una plaqueta suelta, argumentando que bien pudo evitarlo.

De haberla visto, claro que pudo, pero lo único cierto es que se accidentó por anormalidad en el pavimento, por negligencia del Ayuntamiento, cuya obligación, que para eso tributamos, es corregir los deterioros y estropicios urbanos, sobre todo los preponderantes a causar accidentes, como en este caso. La accidentada no tenía por qué saber que una losa estaba fuera de sitio, y el aparato municipal sí tenía el deber de haberla reparado a tiempo, cosa que no hizo.

Es verdad que si el erario local tuviese que hacer frente a descalabros por los cientos de adoquines sueltos en las aceras, no llegaría el presupuesto para indemnizaciones, pero tal posibilidad no justifica que no se le responsabilice de una negligencia concreta, la de este caso.

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