Opinión

Sin trenes ni billetes

Cierto que parece un contrasentido gimotear por la escasez de billetes para viajar en tren si no tenemos trenes, pero es una contradicción derivada del tan socorrido dicho: si no quieres caldo, toma dos tazas. O como una manera más de avivar el cabreo de los que soportamos la penuria ferroviaria. Dicen que lo que ocurre en Galicia no sucede en otras comunidades, sobre todo los fines de semana, pero dicen que conseguir un billete en recorridos de larga distancia, como es el caso de Madrid, o incluso entre Lugo y A Coruña, requiere una antelación de veinte días o más, como si el usuario tuviese la facultad de adivinar con tal precisión su desplazamiento. Si el que ofrece Renfe es un servicio público, estatal, ¿cómo es posible que se menosprecie al ciudadano y abuse de su impotencia a la hora utilizar un medio de locomoción desnortado, en vez de ofrecerse todas las facilidades para facilitar la comodidad y el agrado? Para eso paga. Pero si encima de satisfacer el importe del billete, como si fuese un favor por las dificultades que entraña, se le ultraja y chulea de ese modo, estamos ante una intolerable mofa que requiere una reparación inmediata, aportando más trenes o más plazas para cubrir la demanda en su justa medida. El pitorreo no puede ser el santo y seña de estos señores.

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