En lo que va de año, el tractor es el vehículo que más muertes provocó en Galicia, sobre una docena, solo por detrás del coche y por delante de la motocicleta y de los percances por atropello. Y en España, se registra la media de un fallecido al día por el mismo motivo, lo que no deja de ser alarmante. Al ser la comunidad gallega muy agraria y mecanizada, con más de 170.000 vehículos; de orografía irregular, con carreteras de trazado sinuoso, con curvas y estrechas, y fincas de labor en cuesta, con pendiente molesta y peligrosa, pudiera considerarse lógica la siniestralidad, pero hay motivos que inciden directamente, evitables en muchos casos, como la antigüedad de los tractores y la edad de quienes los manejan, con frecuencia avanzada y no siempre con la pericia suficiente, añadido a un exceso de confianza. Un batiburrillo de coincidencias adversas que confluyen en el funesto registro. A todo ello se une la carencia de barras antivuelco (ROPS) en la mayoría de las unidades antiguas, en las que puede instalarse, y que según los técnicos, evitarían fallecimientos en un altísimo porcentaje. O por no rehuir maniobras bruscas, principal motivo de los vuelcos. Es decir, cautelas que no se toman y que disminuiría el riesgo. Y también las muertes.
