Solo puede calificarse de temerario el desliz del concello de Lugo al no haber articulado la ordenanza reguladora del uso de patinetes eléctricos, siete meses después de entrar en vigor la normativa al respecto de la DGT, sin que se respete (o muy poco), como está determinado, la prohibición de transitar por zonas peatonales, cuando no por las aceras, con la permisividad que vulnera lo establecido. Pero a los ayuntamientos les corresponde complementar varias disposiciones, entre ellas la de fijar la utilización del casco, edad mínima del usuario, velocidad permitida o la ocupación solo por una persona; o habilitar una póliza de seguro que cubra los riesgos, uno de los aspectos más espinosos, ya que no puede descartarse el alcance o atropello de patones, y si eso ocurre, a ver cómo se zanja la responsabilidad civil y penal si el compromiso no está en regla y el conductor es insolvente o menor. Es decir, que hay muchos riesgos y negligencias en el aire, sin que el Concello optase todavía por ajustar la normativa pertinente, pero la dejadez revestida de desidia e irresponsabilidad impide que tales artilugios sean manejados con la seguridad debida. ¿Será porque toda la atención la acaparan los carril bici, que no utiliza casi nadie? ¿O esperan a que se produzca una desgracia? Tal vez.
