SIENDO un disparate como otros varios, no ha de ser consuelo de tontos, dejando indiferentes a los que contribuimos, a puro huevo, al sostenimiento de RTVE. Si por un lado el tan cacareado déficit económico (hay otros) del ente público entorpece su funcionalidad, unido al desbarajuste organizativo y corporativo, mal se entiende que por otro, serpentee un subrepticio desmadre de "generosidad salarial", insondable en un estado de cuentas del que, amparándose en la ley de privacidad, la compañía se niega a informar, pese a la exigencia del Supremo, con el pretexto de que si hacen públicos determinadas bicocas, los que no las perciben reprobarían la desigualdad de trato. Según lo publicado, se pagan sobresueldos millonarios ocultos, en cuantía desconocida, a unos ciento cincuenta protegidos, o amiguetes de los Sánchez, Iglesias y demás, que son como es de recibo los que, llegado el caso, hornean a su manera la propaganda e información comprometida. Es más, señala un diario económico que hay directivos con complementos de hasta seis mil euros mensuales, a lo que ha de añadirse lo que percibe la provisional mandamás, enroscada al momio, Rosa María Mateo, con más de ciento cincuenta mil euros al mes. Lo dicho, un desbocado despilfarro por quienes iban a despolitizar y sanear el mastodonte y acaban haciéndolo suyo.
