Opinión

Solo barullo

ES PROBABLE que el hecho de elevar la presión en defensa de un servicio ferroviario digno se hace con buena intención, pero la entrega de cuatro mil firmas en el Congreso, dentro de la campaña del BNG, Lugo Quere Tren, es un episodio baldío más de los emprendidos para activar las conexiones con Lugo (fuera de la inasequible alta velocidad), diluidos en ruido, alborotos y barullos engullidos por la falta de voluntad política y de respeto hacia una provincia a minimizada en este y en otros campos infraestructurales, a la que se trata como apestada; aislándola de las demás con agravios y desconsideraciones. Son tibias reacciones, meros paripés para escudar determinadas actuaciones políticas carentes de efectividad y de peso.

Una de las razones, aunque puede haber varias a la hora de analizar fracasos y comportamientos, arranca precisamente de la de carencia de peso político, del lastre necesario para que no se cierren todas las puertas. Ahora mismo, con muchos años de retraso, se procede a electrificar el ferrocarril entre Lugo y Monforte, pero en vez de un logro habría que considerarlo como un gesto tendente a aplacar otros desaires, otras afrentas, con el resultado de que solo es una guiñada que no contribuye a reparar las ofensas.

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