Cierto que, por lo que parece, es un trabajo inacabado, que solo ha de ponderarse en su justa medida cuando concluya (?), pero por lo que está viendo, el tardío repintado de la señalización horizontal en las calles y avenidas de la ciudad ofrece todas las pintas de ser una chapuza, agravada por su lentitud, lo cual acrecienta la perspicacia de una ejecución desestructurada. De retoque improvisado. En algunas de las vías, hasta ahora se remarcaron solo las líneas centrales, quedando sin retocar las que delimitan los arcenes, bordillos o espacios reservados para aparcamiento, quizá al estar ocupados por vehículos en ese momento, o circulando, cuando lo lógico sería despejar los lugares destinados a tal fin para poder materializar la obra. Lo mismo sucede con los pasos de peatones, unos sí y otros no; igual que flechas y demás símbolos de señalización. Puede que el acabado esté ralentizado por fases, pero tampoco tiene mucho sentido la intermitencia, y peor aún si se debe a un plan descontrolado. Si se oculta una estrategia para ahorrar presupuesto, peor todavía, porque lo malo de balde suele ser caro; si se paga para que se haga bien y se hace mal o a medias, es un sablazo a los ciudadanos, que pagan para que no se les dé gato por liebre. Veremos, ojalá sean falsas suposiciones.
