Opinión

Prioridades en el Hula

SI CADA ser humano es un mundo corroído por recovecos y sinuosidades indescifrables, ¿cómo vamos a aspirar que llueva a gusto de todos? Por eso la nueva aportación del Hula a su organigrama asistencial, avisando por SMS a los familiares de los pacientes intervenidos, durante y después de la operación, es aplaudida por unos, como un avance de atención al paciente y a su entorno, y criticada por otros, por innecesaria y de escasa utilidad para las personas que todavía viven al margen de las redes sociales. Todo depende, claro, como se mire, y si en algunos casos templará la impaciencia de los que esperan, en otros avivará el desasosiego. Esto por un lado. Por otro, hay quien considera que se trata de una estratagema más que enmascarar la resistencia a habilitar otros servicios imprescindibles y que siguen esperando, como que la sala de hemodinámica funcione las veinticuatro horas o que se reduzcan las listas de espera a plazos mucho más razonables. Cierto que nada tiene que ver una cosa con la otra, no hay colisión, pero sí se advierte que podrían quemarse energías innovadoras en prioridades más útiles en vez de idear otras que bien podrían esperar. Para gustos.

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