Opinión

Primarias

CUANDO UN partido político pretende encubrir la democracia interna de la que carece, nada mejor que montar el paripé de primarias para designar a los aspirantes en listas electorales. Todo funciona a las mil maravillas si el resultado coincide con los deseos de los que manejan los hilos de la trama. Si no es así, no dudan en romper la baraja antes que entregar las riendas. Papel mojado. Es lo que al parecer sucede en las listas socialistas de Lugo, no aceptando a los vencedores en aras de otros inconfesables intereses. Caso diferente es el de Madrid, con un partido socialista hecho unos zorros desde hace años, y peor debe de andar todavía cuando el exseleccionador nacional de baloncesto, impuesto por Sánchez para batirse con Carmena, gana las primarias. No importa que Pepu Hernández acceda como independiente o que alabase a Rajoy cuando gobernaba. La desorientada militancia (representada solo por el 50% de participación) le otorgó casi el sesenta y cinco por ciento de los votos, para desesperación de los otros candidatos, ambos de la desestructurada familia socialista. Tampoco importa que los sondeos sitúen a Hernández en quinto lugar en la intención de voto, por detrás del denostado Vox.

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