Opinión

Peor el remedio

LO PEOR que puede suceder es que el remedio sea peor que la enfermedad, pasando de Guatemala a Guatepeor. O algo así. Nos quejábamos, muchas veces con razón, de lo malo que era el bipartidismo, y una vez desterrado, visto lo visto, se echa de menos. Como bien apunta el profesor y politólogo José Luis Barreiro Rivas, "la confrontación entre Iglesias y Monasterio, buscada por los dos, es la última demostración de que hemos caído en el cepo del populismo fragmentado, de que la política está embarrancada, y de que no se vislumbran vientos de cooperación y diálogo para regenerar el orden y la gobernabilidad democrática", para añadir que "la dispersión partidaria es tan grande que solo existe la posibilidad de crear mayorías incoherentes e inestables, con el ácido intercambio de insultos y descalificaciones". El caso es que la ingobernabilidad se les fue de la mano a los políticos, que como también precisa Barreiro, "lejos de ser la causa, son las víctimas más visibles de este error. La solución solo reside ya en el cuerpo electoral". Largo me lo fiais, porque la desorientación del electorado se cimienta de igual manera en un delirante y complejo galimatías. Nadie sabe con honestidad lo que más conviene, qué se quiere o cómo descifrar el batiburrillo.

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