Opinión

Penuria municipal

DE CUANDO en cuando se baraja la urgencia de fusionar ayuntamientos, por razones operativas y de supervivencia, sobre todo en Galicia. Pero no son más que vanas intenciones. A los de mayor número de población no les interesa asumir obligaciones a cambio de escasos votos, y a los de menos, por orgullo y no perder supremacía. En cualquier caso es ilógico que el territorio gallego esté repartido en 313 concellos, muchos de ellos marcados por la penuria e insignificancia funcional. Tanto es así que sus presupuestos son insuficientes para el sostenimiento burocrático, lo cual indica que sus habitantes apenas reciben servicios y atenciones, pero con la obligación de pagar impuestos, cuya recaudación se esfuma en satisfacer los salarios del personal municipal y en sostener la maquinaria administrativa. Por ejemplo, José Luis Raposo, alcalde Pedrafita, con treinta años de gestión, confesaba a este periódico que el Concello es la principal empresa del municipio, con 800.000 euros de salarios. No quiere ello decir que Raposo sea mal regidor (si le votan, será por algo), pero a pesar de que el Camiño y el turismo sea el motor del municipio, el dato refleja la realidad antes aludida.

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