MUY AL margen de la valoración que cada cual haga sobre el Descubrimiento de América, genocidio para unos y conquista para otros, está el respeto que debe prevalecer en los pronunciamientos de ambos bandos, que no se siempre existe. Caso de los independentistas catalanes, con su modo (partidista) de reivindicar la fiesta del 12 de octubre para alimentar la discordia en vez de fomentar la concordia. Lo más llamativo: son los mismos que reivindican (¿aún siguen?) para sí la figura de Cristobal Colón, que según estudios y simposios que ellos mismos promovieron, pagados por la Generalitat, con dinero público, era catalán, y al que por cierto llaman Joan Colom i Bertran, de la misma manera que hicieron con otros personajes como Cervantes, Pizarro, Da Vinci, Vespucio, Erasmo, Santa Teresa, Ignacio de Loyola, Hernán Cortés o Marco Polo. Todos catalanes para mayor gloria de la causa. Claro, lo más sorprendente, ya digo, es querer apropiarse del Colón que reclaman para sí como héroe a la vez que lo acuñan genocida. Contradicción que les sitúa en la paradoja del descabellado argumento independentista, aplicado según más convenga.
