Opinión

Negacionismo

PUDIERA parecer que una preocupación más, añadida al rosario de congojas que nos importunan, careciera de trascendencia. Nada más lejos de la realidad, al tratarse de una zozobra que incide directamente en nuestra conducta capital. El Colegio Médico, muy directamente involucrado en la salud y en la vida de la población, acaba de alertar sobre la propagación del negacionismo en el uso obligatorio de las mascarillas, al advertir su incumplimiento por un alto e indisciplinado sector de la ciudadanía, como si la amenaza coronavírica les fuese ajena a los transgresores. ¿Qué se puede hacer para remediarlo, para que los infractores asuman y entiendan su negligencia? ¿Sancionar a los que no acatan las directrices señaladas por las autoridades gubernativas y sanitarias? No se trata de incitar a una mayor severidad de la mano dura, ni a que la pandemia sea excusa para hacer caja, pero hay que entender que la desobediencia no afecta solo a los que contravienen la norma, que de ser así tendría menor relevancia, sino que se transmuta en un grave peligro social, y si no hay otra manera de reconducir la situación, no queda otro remedio que castigar su bolsillo. Por las cifras que se han facilitado, hasta ahora, el número de multados no se corresponde con el desenfreno. ¿Se mira hacia otro lado?

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