Opinión

Merece otro trato el Lugo

El CD Lugo, con siete años consecutivos en Segunda División, se merece un mejor trato y un mejor escenario para disputar sus partidos y para que sus seguidores dispongan de comodidades que se les niegan. El Ángel Carro (¿con qué juicio se galleguizó el nombre del benefactor?) no es la instalación requerida ni la adecuada, tanto por su raquítico aforo como por la naturaleza de la infraestructura en sí, para alcanzar la finalidad deseada. Siempre estuvo marcada por la provisionalidad, a base de parches no siempre coherentes para facilitar su uniformidad. La principal culpable es sin duda la Xunta, cuya atención con el recinto deportivo lucense fue nula, salvo algunas intervenciones puntuales. Más bien actuó de freno a la hora de remodelarlo. La dejadez manifiesta no se corresponde con otros desprendidos gestos en diferentes puntos de la comunidad, empezando por Santiago, como si los lucenses fuésemos ciudadanos de segunda. Razón tiene la Federación de Peñas al expresar su malestar por el "abandono del estadio lucense" por parte del Gobierno de Santiago, calificando el convenio firmado entre el club y el organismo autonómico de condiciones "leoninas e pouco vantaxosas". ¿Qué habremos hecho?

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