Opinión

Lucerío estéril

TODOS celebraríamos que los rifirrafes y escaramuzas cruzadas entre el teniente de alcalde del BNG y el presidente de la federación vecinal sirviesen para remediar las frustraciones que encienden sus peloteras. No se ilusionen. Lo que los lucenses exigen, por encima de todo, es que lo que tendría que funcionar y no funciona, furrule de una p... vez, lejos de cualquier pendencia, de sesgo político o personal, entre instituciones o asociaciones. Lo que digan unos u otros no es necesario que lo hagan para destapar defectos o ensalzar bondades: están ahí, a la vista de todos. Y lo evidente es que ni el itinerario de buses es el adecuado, ni la reordenación del tráfico es la que el automovilista demanda, ni el carril bici es el deseado, por citar tres focos polémicos, acometidos sin los avales precisos, y en eso sí tienen razón quienes protestan, los vecinos; están en su derecho de exigir que se arreglen. Todo lo demás son frivolidades inútiles. Que los del BNG crean que se les aplaude por lo bien que lo hacen o lo guapos que son, o que intuyan que se les critica por ser quienes son, no esconde la chapuza. El autobombo, con chorradas estériles, ni es serio ni justifica el sueldo. Los fuegos de artificio, déjenlos para las vistosas sesiones de lucerío del San Froilán. Ya falta poco.

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