Opinión

Logoderroche

HABIENDO COMO  hay muchas cosas que enmendar y que no se enmiendan por falta de presupuesto y de voluntad, la imperceptible modificación del logotipo de Correos, que haría cualquier alumno de Primaria, con un coste de un cuarto de millón de euros solo por retocar el dibujito, bien podría esperar, siendo como es el grupo postal más deficitario de Europa, con pérdidas de cerca de 500 millones de euros anuales. Pero al coste de cambiar el diseño hay que sumar, y eso es lo peor, otros varios miles o millones de euros que supone reemplazar todos los distintivos de los vehículos, membretes de papelería, letreros varios y demás. ¿Por qué no corren con los gastos los autores de la idea, quizá por no tener otras cosa que hacer? El contribuyente no está para sufragar chorradas Probablemente no deberíamos sorprendernos, si es así como funciona todo o casi todo, pero no deja de ser un insulto al raciocinio y al sentido común. Viene a ser lo mismo como cuando, por razones ideológicas o caprichos partidistas de personajes con mentes lerdas, se sustituyen alegremente los nombres de las calles sin tener para nada en cuenta la incomodidad, los quebraderos de cabeza y el gasto que ello supone para los vecinos afectados.

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