Opinión

Lagrimones

HABRIA que verse en el pellejo de Obama para saber si sus lagrimones han sido de dolor sincero por las víctimas de los tiroteos, propiciados por la libre venta de armas; de impotencia porque la mayoría republicana en el Congreso le impide maniobrar para impedirlo, o se trata simplemente de una estratagema para conmover al electorado. En cualquier caso debió de sollozar antes y no al final de su mandato, pudiendo haber hecho al respecto bastante más de lo que no hizo, o sea nada: emplearse a fondo para prohibir la libre circulación de pistolas, rifles y demás, como debiera exigirse a la que dice ser la primera democracia del mundo. Pero por detrás del drama social que ello genera están los votos y es lo que a la hora de la verdad decide. Aún así es incomprensible que los republicanos defiendan el mercado de armas como si fuese de plátanos o de patatas sin que les haga retroceder la triste realidad de los tiroteos y sus múltiples e inocentes víctimas. Y mucho más asombroso todavía es que la demencial tolerancia goce del apoyo mayoritario de la ciudadanía.

Comentarios