Opinión

Insolidaridad

FRONTALES O más o menos velados, los ataques sistemáticos de Podemos contra la libertad de expresión no son ninguna novedad, pero no por ello remite la gravedad del rosario de embestidas, que serían letales en el caso de que tuviese capacidad de decisión. Eso sí, no lo oculta. El último estuvo dirigido a El País, El Periódico, Cadena Ser y otros medios digitales, excluyéndoles de un desayuno off the record para presentar a sus nuevos portavoces con el argumento de que buscaba un ‘espacio de confianza’. Pero también es evidente que los podemitas no son únicos culpables de tales ofensivas contra los medios de comunicación no afines a sus totalitarismos. Todos los informadores invitados, menos uno, rieron la gracia y no se plantaron, como sería lo deseable en solidaridad con los excluidos. Cada cual, a lo suyo, actitud insolidaria que solo beneficia a quienes desprecian la democracia, siguiendo directrices de Maduro y compañía, y que nada tiene que ver con el derecho a informar. Parece que el enemigo es el compañero en vez del agresor, comportamiento que redobla tan despreciable ataque absolutista a toda la sociedad.

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