Opinión

Humaredas

DEMASIADO ruido para tan pocas nueces. Cierto que a los acusados cardinales del caso Nóos se les condena, pero a penas menores; se absuelve a la infanta y a casi todos los demás involucrados, cuando se esperaban castigos ejemplares, más contundentes; pero si se analiza fríamente se trata de un desenlace que de alguna manera concurre con el corolario de la mayoría de los alborotos/macrojuicios, de la índole que sean, episodios delictivos de gran calado mediático en los que afloran, además de los estrictamente penales, otros condicionantes de peso a la hora de arbitrar. Aun siendo o pareciendo a veces hechos graves, lo cierto es que a alguna de las partes solo importa lo que menos interesa de la causa. Y los instructores se dejan llevar por la algarabía del entorno y al final se desinfla el globo, sin evaluar que las defensas no son las que se ocupan de los robagallinas. El caso es que los fiascos inciden en la credibilidad de la Justicia; se acaba dando aire a los potenciales delincuentes, sabedores de que las consecuencias se desvanecen en fuegos de artificio. Todo humo.

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