Opinión

Haciendo caja

LA ESCASEZ de aparcamientos es una deficiencia extendida. Los coches son quizá excesivos, pero están para ser utilizados y las concentraciones son inevitables, sobre todo en lugares turísticos o veraniegos. Aun así, por lo general, los ayuntamientos no se preocupan como debieran de habilitar espacios, sea o no con carácter provisional, para acoger vehículos en época de aglomeración, también como medida para disuadir estacionamientos en puntos vedados. Sin que sirva de justificación, porque si está prohibido lo está con todas las consecuencias, hay que entender que en algún sitio habrá que dejarlos. Y aquí es donde radica el porqué de la truhanería, puesto que la carencia de plazas es una excusa impecable para hacer caja, si el propósito es recaudar, que casi siempre lo es. Por ejemplo, en Foz, que de diez mil habitantes censados supera los treinta mil en los meses de julio y agosto, con lo cual, sobre todo los fines de semana, no siempre es posible hacerse con un hueco para el coche. Pues bien, en vez de ofrecer más zonas para tal fin (hay algunas), el antídoto consiste en sancionar a los infractores, forzados a transgredir, con multas que suelen ser de doscientos euros, tramitándose cada día entre 40 y 60 denuncias. Sin ser un recurso ilegal, es de una impertinencia absoluta.

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