Opinión

Golfería

Al entrecruzarse recriminaciones de golfería, ningún político asume que, al respecto, todos tienen mucho que rascar. Si, por ejemplo, fuese cierta la acusación, el chiringuito creado en Madrid por la presidenta Ayuso para recompensar a Toni Cantó, al no poder incluirlo en la lista de diputados, como le fustigan sus enemigos, es perfectamente prescindible. Sobra. Pero que Óscar Puente, portavoz de la ejecutiva federal del PSOE y alcalde de Valladolid, eche en cara (cínica y soezmente) que el exdiputado de Cs y ahora director de la Oficina del Español cobre "75.000 euros por rascarse los huevos", eludiendo las canonjías y brevas de los suyos, no menos escandalosas, es cuando menos indecente. Porque el señor Puente seguramente sabe que el erario aporta este año más de sesenta y dos millones de euros en pagar los salarios de los asesores elegidos a dedo por los diferentes altos cargos del Gobierno, más de 1.200. Una cifra histórica que evidencia la gran inflación de cargos en las altas instancias del sector público, a pesar de la delicada situación económica. La llegada a Moncloa de Sánchez supuso un disparatado aumento de cargos de confianza, acelerado de forma brusca con la entrada de Podemos, sin que la legión de consultivos en nómina evite, por lo que se ve, las constantes meteduras de pata del Ejecutivo. ¿Hacen algo más que no sea cobrar?

Comentarios