Opinión

Ganas de liarla

OBNUBILADO por la resaca del Arde Lucus, y acentuado tal vez por la matraca de los seiscientos mil asistentes, al Concello no se le ocurre nada mejor que proponer (o querer imponer) el traslado festivo del martes de Carnaval a una de las jornadas de escenificación romana, quizá para engruesar la imaginaria e incierta ‘afluencia’. Son pocos los charcos municipales abiertos como para pisar otro absurdo que propague los chorreos; cuando menos se trata de una ocurrencia ligera, muy acalorada y que amenaza con una agria pelotera. El martes de Antroido es festivo en la práctica mayoría de Galicia desde hace infinidad de años, con lo cual es una tradición difícil de prescribir, y más en Lugo donde goza todavía de arraigo callejero. Además, ¿en qué beneficiaría un festivo local en fin de semana si los que llegan son de fuera, sin influir para nada que lo sea o no? Son, ya digo, ganas de liarla. ¿Qué habrá partidarios del cambio? Es más que posible, como también los habrá que lo rechacen, pero el Concello está para actuar con prudencia y no para propagar simplezas pueriles e inconsistentes, de las que tal vez tenga que arrepentirse.

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