Opinión

Frustración

El haber ganado/perdido no libra a Sánchez de la apreciación cierta de frustración para desbloquear lo bloqueado. Se le evaporaron tres escaños, más o menos lo augurado, y la posibilidad de cerco para formar gobierno se torna más enrevesado a cómo lo estuvo en la pasada convocatoria. Podemos se ofrece a colaborar, e Iglesias, devaluado en escaños, sigue siendo el mismo que despreciaron los socialistas para integrarse en el gabinete. Incorporarlo ahora sería una aceptación humillante. Y los independentistas, reforzados en votos, encarecerán sus reivindicaciones, de difícil encaje en el arco constitucional. Si se aceptase su apoyo, fácil es adivinar el futuro del nuevo Ejecutivo, pero sin ellos también será casi imposible conformarlo. Recibir la abstención de los populares podría ser la manera de ganar estabilidad, aunque nada probable. Es por otra parte muy importante la subida del PP, pero gestionar el avance va a ser muy complejo, como lo será para Vox, el verdadero triunfador de los comicios, aun con el apoyo ambos del devastado Ciudadanos. Cierto que la fragmentación excesiva lo enreda todo, pero el hartazgo de los ciudadanos hace impensable una nueva convocatoria a las urnas.

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