Opinión

Fútbol a la baja

Sabido es que los ciclos marcan el ritmo de nuestra existencia, de nuestro modo de vivir: económico, lunar, solar, climático, político y... futbolístico. También. El futbolístico, el de élite, el de las estrellas, desde que España conquistó el Mundial, inició un declive irrefrenable, aunque esta vez parece haber tocado fondo con el descalabro de las ligas europeas, salvándose solo el Sevilla. Decadencia que también está condicionada por la edad de los principales actores, empezando por Leo Messi, coincidente con el desbarajuste del Barça, aunque probablemente no guarde relación con su alicaída forma. No es el único culpable. Tampoco lo es nuestro añorado Quique Setién, que debió de pasar un mal trago atrapado en esa leonera, en la que para poner orden se necesita un escuadrón de geos bien pertrechados. En una palabra, que es hora de renovar objetivos e incorporar efectivos, sin que sea quizá este el mejor momento para reforzar planteles y retomar bríos, por razones obvias. Pero aprovechando que el Miño pasa por Lugo, también se intuye la parte positiva para desacelerar el gran filón, acoplándolo a la realidad de la vida, sin delirios discordantes, cual es adaptar a lo razonable los obscenos salarios de las primeras figuras. Por utópico que no quede.