Opinión

Exclusiones

LA MAQUINARIA mediática de las cadenas privadas de televisión está a lo que está, y los políticos, muy a lo suyo, lo cual comporta agravios que casi nadie considera. Algo se avanzó en los debates electorales, anclados hasta ahora en el bipartidismo, al permitirse que participen grupos emergentes con opciones de gobernar, aunque carezcan de representación parlamentaria, como ocurrió anteanoche. Se excluyó sin embargo a representantes políticos de partidos con implantación estatal minoritaria, caso de IU y UPyD, marginándoseles todavía más de lo que están en la parrilla de perspectivas de cara a la obtención de escaños, con lo cual se impide que sean oídas y valoradas sus propuestas, tan o más respetables que las de quienes representan el denominado voto útil. Cierto es que los medios privados están en su derecho de establecer sus astucias, pero no parece ético ni del todo estético que se exceptúe a los relegados por el mero hecho de estar proscritos en la intención de voto. Quién sabe, además, si su contribución puede ser determinante a la hora de configurar pactos de gobernabilidad. Como si fuese la primera vez.

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